El país de África en el que los albinos usan un botón antipánico para que no los maten


Las personas albinas viven asustadas en varios países de África. Temen ser secuestradas o asesinadas, debido a la fuerte creencia popular de que tienen «poderes especiales». Por eso, en Malaui, el país en donde se registran la mayor cantidad de crímenes, comenzaron a entregar botones antipánico como forma de protección.

En distintos países africanos las personas con albinismo suelen ser atacadas y las partes de sus cuerpos utilizadas en rituales de brujería. Sus extremidades se pueden vender por miles de dólares en el continente.

Desde 2014, al menos 26 albinos fueron asesinados en Malaui, según la Asociación Nacional de Personas Albinas. En el país viven más de 134 mil albinos, es decir, un 0,8% de la población. Por eso, desde septiembre del año pasado, la policía local comenzó a repartir alarmas: el sonido que producen cuando se aprieta un botón avisa que hay un albino que corre peligro.

Desde entonces se distribuyeron al menos 5000 alarmas, según informó el ministro de finanzas Joseph Mwanamvekha.

Por otra parte, a pedido de la Asociación de Albinos, el presidente Peter Mutharika designó el año pasado una comisión encargada de investigar secuestros y asesinatos, pero todavía no se dio a conocer el informe oficial.

La Policía de Malaui comenzó a entregar botones antipánico a los albinos. (Foto: AP).

Ayudan pero no resuelven el problema

Chrissy Stephano, la madre de Catherine Amidu, una joven alvina de 17 años que vive en Machinga, el distrito con mayor cantidad de personas con dicha mutación genética en Malaui (unos 3000), señaló que los botones ayudan pero no resuelven el problema. «Una vez la alarma se quedó sin batería y la tuve que llevar a la policía para que la llevase», dijo Stephano.

Desde 2014, al menos 26 albinos fueron asesinados en Malaui, al sur de África. (Foto: AP).

Al respecto, Mercy Mleme, secretaria de la oficina local de la Asociación de Albinos, señaló que «en las zonas rurales no hay electricidad». «E incluso si hubiera, la mayoría de los albinos viven en zonas tan remotas que es imposible recargar los aparatos. Les recomendamos que se cuiden porque las alarmas no son garantía de nada», apuntó.

Entre las recomendaciones que les dan, les indican que caminen «en compañía de alguien o con grupos en los que confían«. Además, para los que no tengan alarmas, apelen a una alternativa más barata y se utilicen silbatos para alertar en casos de emergencia.

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