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el rally recargado, la teoría del derrame y una nueva fiebre especula

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La bonanza de Wall Street se extiende generosamente más allá de sus confines. La inflación ya no es lo que era. La FED no lo persigue y no tiene miedo. Desde julio prefiere mirar y esperar.

Yahoo Finanzas

Wall Street celebra. Febrero fue excelente y marzo empezó fuerte. El índice S&P500 cerró por primera vez por encima de los 5.100 puntos. Establece 15 récords consecutivos tras una sequía de dos años que terminó en enero. Mientras los ministros de Finanzas del G20 predicen un aterrizaje suave, la Bolsa de Valores (que lo vio primero) muestra vértigo alcista en cada vez más ventanas. El Nasdaq 100 y el Dow Jones Industrial también cotizan de máximo a máximo y el jueves se sumó el Nasdaq Combinado, la canasta de las 3 mil empresas que allí cotizan. El cielo es el limite, Haga lo que haga la Reserva Federal, cuyo recorte de tipos prometido no entraría en juego al menos hasta junio (y será mejor así).

Sólo la caravana de empresas de pequeña capitalización (las acciones de las pequeñas empresas) sigue luchando contra el efecto suelo y está muy por detrás de sus récords. Pero llega. Esta semana, el Russell 2000, su índice de referencia, avanzó un 2,96%, tres veces más rápido que el S&P500. Y es la apuesta más genuina por el aterrizaje exitoso de la economía. Es que sólo una maniobra impecable, sin accidentes, justifica embarcarse en esa Armada Brancaleone de empresas de calidad vítrea y futuro incierto (aunque a precios todavía moderados). Es el furgón de cola del mitin. Aun así, se convertirá en la figura decorativa si la exuberancia crece y le da el impulso que le falta (y que podría darle una Reserva Federal dispuesta a bajar los tipos).

Wall Street no puede hacer frente. Y la recompensa se derrama generosamente más allá de sus límites. El EuroStoxx 600 y el Nikkei participan en la feria mundial del récord, pese a su deslucido presente y a las numerosas dudas que nublan su horizonte (una guerra en el corazón del Viejo Continente y la salida de Washington del foro, y una recesión en Japón). Ya se ha dicho, no importa que los bancos centrales retrasen la bajada de tipos (y en Tokio, el siguiente paso, que también se retrasa, será subirlos). El efectivo abunda en las carteras, los malos augurios se han desvanecido y prevalece la voluntad de asumir riesgos. De este modo, incluso los sospechosos habituales resucitarán. Bitcoin estirado, retomó sus imprudencias y también va por sus récords. Tiene a su favor el reciente cambio en la regulación y que, según Grayscale, no hay nueva oferta para satisfacer la creciente demanda de ETF dedicados.

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El índice S&P500 cerró por primera vez por encima de los 5.100 puntos.  El Nasdaq 100 y el Dow Jones Industrial también cotizan de mayor a mayor.

El índice S&P500 cerró por primera vez por encima de los 5.100 puntos. El Nasdaq 100 y el Dow Jones Industrial también cotizan de mayor a mayor.

Reuters

Los bajistas desaparecieron en los mercados

El apetito por los mercados emergentes ya es muy fuerte. Vuelven los SPAC, los vehículos especiales que aliviaron la pandemia, y los Robinhooders y la incesante actividad de foros y recomendaciones de Internet –algunos antiguos como GameStop (+4,77% esta semana)– que promueven el éxito instantáneo de las inversiones. ¿Se trata de una nueva fiebre especulativa? No hay duda. Así como ya no hay halcones en la FED, los bajistas han desaparecido en los mercados. El salto de Nvidia tras su balance fue un golpe mortal para los vendedores en corto. ¿Quién se atreve a “atajar” el auge de la inteligencia artificial (IA)? Sí, incluso Jamie Dimon, el director general de JPMorgan, reacio a las modas y modas, sostiene que se trata de una revolución seria con un enorme potencial de transformación. Vender NYC Bancorp (-26%) fue un negocio rotundo –y “fácil” dado el conocimiento previo de sus dificultades–, pero no hubo un contagio masivo como en marzo de 2023, cuando estalló la crisis bancaria regional. Sin una recesión, los tropiezos en los préstamos hipotecarios comerciales no perjudicarán la digestión, según Dimon. Y la FED, tarde o temprano, haya o no trastornos graves, comenzará con recortes de tipos, que como sabemos son potentes sales efervescentes.

La inflación de enero fue muy alta, dijo Thomas Barkin de la Reserva Federal de Richmond después de leer el deflactor del consumo. Fue lo mismo que el comercio minorista: +0,3% (y +0,4%, núcleo). ¿Un error de medición? Podría ser. Pero los precios mayoristas también aumentaron (+0,3%), los precios de importación y exportación (+0,8% ambos) y todos se calculan a partir de diferentes fuentes. “A ver si hay bajada de tarifas este año”, dijo Barkin. Nadie recogió el guante. Ni sus compañeros ni los mercados. Nadie hizo escombros. La inflación ya no es lo que era. La FED no lo persigue y no tiene miedo. Desde julio prefiere mirar y esperar. Si puede es porque la economía también puede esperar. ¿Qué podría salir mal entonces? Es en esa confianza básica que el rally recarga sus baterías. Y el resto, exuberancia incluida, se desborda y llega por añadidura. Así crece la paja y el trigo. Será necesaria una sacudida violenta si quieres separarlos.



Con información de Telam, Reuters y AP

Oliver Roberts

Oliver Roberts

Oliver Roberts tiene ascendencia Irlandesa y domina perfectamente el ingles, de manera que está especializado en periodismo internacional y temas en tendencia. Estudio en la Universidad de Los Angeles y se ha capacitado permanentemente.

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