Ignorar una causa no implica que su acción no suceda. Nadie debe sustraerse al tema de la concentración celebrada el pasado domingo, ni los propios, ni los ajenos. Tenerlo en cuenta podría ayudar a comprender que todo proyecto debe integrar ideas de manera conjunta y coordinada.
El camino puede ser erróneo, si se desdeñan otras visiones, que también despiertan gigantes organizados.
Un México, que reúne a cientos de miles, ante la interrupción del diálogo fluido, donde expresar sus manifiestos, no debe ser visto como una afrenta, sino más bien analizado con objetividad, por aquellas personas que solicitan el favor del voto, para presidir el país, en un futuro próximo. Nada está escrito, y lo hemos observado, pero parece que no aprendemos esa gran lección.
Investigadores como Hugo Mercier y Andrea Baronchelli, respectivamente, y de dos ciencias entrelazadas en el mundo científico; como son la lógica y las matemáticas, coinciden en la capacidad de que aquellas personas que no se sienten escuchadas, o tenidas en cuenta, pueden ser el detonante de un cambio de opinión, al resto de la multitud, porque su fuerza radica en la persistencia, y desde su convicción, no desde una posición social privilegiada.
La identificación de errores en la labor del gobierno, en cuanto a decisiones sociales y políticas que no son de su agrado, sólo puede resolverse mediante estrategias que no silencien ninguna voz, por divergente que sea. En el contexto de un marco mediador clave, aportando soluciones basadas en el mejor razonamiento. Esto haría que el ejercicio del poder fuera percibido como positivo y excepcional. Por el contrario, cuando se percibe la imposición, se elimina la confianza y el sentido de pertenencia ciudadana.
Cabe señalar que hoy estamos en el momento adecuado para comprender un panorama completo, pero muy complejo, donde confluye una montaña de problemas de todo tipo, desde los que podrían catalogarse como triviales, hasta los que ensombrecen a cualquier ser humano con terror. Pero donde la paradoja resulta en una afectación conjunta, a todo el conglomerado social de México.
Cumplir con las expectativas de una comunidad mosaico como la nuestra garantizaría un futuro sostenible con miles de alternativas, donde no impere el enfrentamiento.
Creo que la reflexión es señalar que somos parte de un todo, llamado México, donde el pensamiento individual, social y familiar alberga la esperanza de que existe la posibilidad de lograr nuestras metas, teniendo la seguridad del respeto a las normas, por la legalidad, a las estructuras sociales y comunitarias que permitan que dentro de las enormes diferencias que tenemos, podamos conjugar momentos de coincidencia que nos permitan convivir con mayores beneficios para todas las personas.
En un México donde la violencia, el cinismo, el desplazamiento y la incertidumbre económica, social y política han marcado a tantas familias, nuestra mirada debe ser hacia un futuro mejor que supere los intereses de poder individuales y se construya de la mano de todos, para que un nuevo se puede iniciar una línea de homogeneidad en el sentido pleno del ser humano.
Hace apenas unas décadas, una bandera, un colorido lenguaje de palabras, músicas, comidas indígenas, nos identificaba y unía con raíces espléndidas.
Regresar a la paz vivida en el México de antaño, requiere de la fuerza social que se ha perdido, entendiendo que dentro de este país, solo es necesario sanar las grietas que nos separan.
Una mirada introspectiva al poder puede arrojar luz sobre la clave del consenso. Pues bien, como señala Mariano Sigman, sólo algunos visionarios llegan a acuerdos, entre personas de opiniones extremas, ya que han descubierto que el dilema moral presenta buenos argumentos por un lado y por otro, pero que de ellos se pueden sacar coincidencias, por el otro. otro. tiempo de tomarse de la mano en busca del mismo camino.
El orgullo nunca debe prevalecer sobre el intercambio de diálogos y acuerdos, ya que hemos comprobado que actuar cambia el destino del lugar. La Fontaine diría que la fortuna se complace con estos altibajos. El vencedor arrogante corre hacia su ruina.
POR SARA MORGAN
@MORGANSAREL
CONSULTOR LABORAL
DIRECTOR DE LABORATORIO DE EMPLEO DE EQUIDAD
CAMARADA
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