Estadio Universitario de Nuevo León. Era 2021, las ideas, la falta de actualización, o la tozudez de ricardo ferretti de manejar la competencia interna en su equipo, poniendo siempre los mismos, empezó a hacer mella en el equipo, que se quedó en los playoffs contra Atlas. La dirigencia felina supo que era hora de renovarse, los hombres vienen, los hombres van, la institución permanece.
Julián Quiñones había sufrido una espectacular lesión que le mantuvo fuera de los terrenos de juego durante mucho tiempo. A su vuelta, no supo más que jugar a sacar muchos balones botados. La afición lo llamaba El Raquetas. En su año de despedida, marcó apenas dos goles en 24 partidos, lo que indicaba una actuación execrable. Así lo notó el reciente bicampeón tapatío Atlas.
La historia dio un giro dramático. Diego Coca El jugador más importante de esa plantilla lo hizo. En su primera temporada disputó 45 partidos convirtiendo nueve goles y 15 asistencias, lo que le valió para ser considerado, incluso, en El Viejo Continente, aunque su salida no ha sido confirmada. Además del tema futbolístico, el cafetero tuvo severos problemas de indisciplina, y ahora es un elemento que ha priorizado la acción en la cancha.
Luis Quiñones registró entre partidos oficiales y amistosos, hasta antes de que comenzara el torneo, más de 20 duelos sin asistencia y un solo gol. Esto le valió la animadversión de la afición que veía lo inconcebible que los técnicos se marchaban en el banquillo Florián Thauvin, un elemento campeón del mundo (Rusia 2018), y que además tenía unas estadísticas monstruosas, aunque jugara muy poco tiempo.
Cuentan los más allegados al círculo de tigres que con Miguel Herrera los entrenamientos duraban alrededor de una hora y media. Con Diego Martín Coca Casi lo duplican, además de que es bien sabido que las pretemporadas son de hasta tres sesiones diarias. También se ha visto algún vídeo o foto de jugadores desayunando dentro de la plantilla, regla que ha impuesto el argentino. Diego le habría pedido a Quiñones que confiara en él y que recuperara su mejor nivel.
El resultado, aunque es extremadamente prematuro afirmarlo, se nota en la tabla de goleadores. Luis ha perforado tres veces los goles rivales en dos partidos, ante Santos, tercer clasificado, y Pachuca, vigente campeón. Parece que al estratega pampero le gusta revivir elementos al borde de la perdición, y el idilio con el apellido Quiñones se manifiesta de manera tangible. Tigres tiene “barbilla…” de goles a favor (7) y solo uno en contra ante dos ofensivas sumamente poderosas. Si se mantiene en este esquema, se confirmará como gran favorito al título, porque ahora sí parece haber trabajo en San Nicolás.
POR JOSÉ EDUARDO IGA
TITULAR DE BROTE DEPORTIVO EN EL HERALDO RADIO TORREÓN
@JOSE_IGA
MAÍZ
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