Más de 300,000 abejas murieron repentinamente a principios de este mes, sin razón aún explicada, tienen apicultores en Hopelchén, Campeche, desconcertados, indignados y empobrecidos. Es una tragedia mucho más grande de lo que parece y no es la primera vez que sucede en México. En 2022, en Quintana Roo, 2 millones de los insectos más importantes del planeta murieron intoxicados por el finopril contenido en los plaguicidas que utilizan otros productores agrícolas.
Sin abejas, simplemente no hay vida ni humanos. Tan claro. La FAO dice que de los 100 cultivos que proporcionan el 90 por ciento de los alimentos del mundo, 71 son polinizados por estos diligentes trabajadores.
Por ello, lo que está pasando en Campeche debe ser investigado a fondo, entendido, corregido y tomar las medidas necesarias para que no vuelva a suceder. Poniendo el dedo en la llaga, el representante del Sindicato de Apicultores Indígenas Cheneros, Ermilo Maas Ek, expone las causas probables más obvias.
Una es la forma intensiva en que la comunidad menonita de la región cultiva granos. “Habían levantado la siembra de soja y puesto sorgo, así que cuando el sorgo estaba en flor, las abejas buscaban alimento. Los menonitas fumigaban cuando las abejas recolectaban polen de ese cultivo. Fuimos al colmenar por la tarde y había un basurero de abejas”, dice Maas Ek.
El uso de agroquímicos y pesticidas sin los debidos controles acelera la producción, pero también es letal para las abejas y los nutrientes naturales del suelo. El problema es aún mayor porque esta práctica se está extendiendo a otros cultivos de la región, como el pepino.
Más aún, la presencia en la zona de Bayer-Monsanto, la mayor transnacional productora de glifosato, es parte de la ecuación. La revista científica Proceedings of the National Academy of Sciences documenta estudios de la Universidad de Texas que concluyen que este herbicida mata a las abejas al dañar sus sistemas inmunológico y digestivo. Aquí mismo, en este espacio, documenté el 18 de enero que esta empresa fue sentenciada en 2019 a pagar 25 millones de dólares a la familia de un hombre que murió de cáncer atribuido precisamente al glifosato.
¿Qué ha hecho la autoridad para evitar la muerte masiva de abejas? Las denuncias ante los tres órdenes de gobierno son ahora que se investigan las causas, pero sin mucha prisa. Curiosamente, la Estrategia Nacional para la Conservación y Aprovechamiento Sustentable de Polinizadores, publicada a fines de 2021, explica por qué debe ser un tema urgente y prioritario: más de 50,000 familias mexicanas viven de la apicultura, con más de dos millones de colmenas. .
El secretario de Agricultura del gobierno federal, Víctor Villalobos, explica que desde su campo ya se trabaja en soluciones: construir convenios con los productores agropecuarios para que utilicen agroquímicos más amigables y acordes con el ecosistema y no con la
aplicar en momentos en que las abejas están haciendo su trabajo. Como apoyo a los apicultores, prevé entregar cajas y abejas reinas para establecer más colmenas, además de brindarles azúcar para alimentarlas cuando no haya floración.
De acuerdo con los datos oficiales más recientes, México es el noveno productor de miel del mundo y el decimotercer exportador. Para 2022, el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural estimó una producción de 65 mil 649 toneladas. Más de la mitad se destinó a la exportación a 33 países, negocios que significaron 100 millones de dólares.
Miles de mexicanos viven de la apicultura, pero más aún, de las abejas depende la vida de miles de millones de humanos en el planeta. Es un tema de máxima prioridad.
POR ADRIANA DELGADO RUIZ
COLABORADOR
@AdriDelgadoRuiz
LSN
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