El corazón es uno de los órganos vitales más importantes del cuerpo; Se encarga de bombear sangre a los demás órganos del cuerpo, que, a su vez, se carga de oxígeno y nutrientes, afirma el Dr. Julio López Cuéllar, cardiólogo clínico e intervencionista del Centro Médico ABC.
Para lograr esta función, el corazón, aunque se considera un músculo, cuenta con elementos adicionales como las arterias, las válvulas o el pericardio (este último es una membrana que recubre el corazón) y que todos los componentes trabajen en conjunto, con su máxima vitalidad. , es importante para lograr una buena salud.
Cuando se habla de un corazón enfermo se pueden señalar infinidad de motivos, siendo los problemas en las arterias los más comunes. Estas se llaman arterias coronarias y son las encargadas de regular el suministro de sangre, ya oxigenada y con nutrientes, a nuestro importante órgano. Es común que en ellos se acumule grasa y eventualmente, se puede formar un coágulo que termina cubriéndolo, resultando en un infarto, primera causa de mortalidad, no sólo entre las afecciones cardíacas, sino en todas, por encima del cáncer.
En este mismo orden, la Organización Mundial de la Salud indica que las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte en el mundo; Se estima que, anualmente, la cifra alcanza los 17,9 millones de vidas. De este total, más de cuatro de cada cinco muertes están relacionadas con enfermedades coronarias y accidentes cerebrovasculares; una tercera parte ocurre en personas menores de 70 años, lo que se considera muerte prematura.
¿Qué puede causar enfermedades del corazón?
Los problemas que afectan directamente a este músculo se conocen como miocardiopatías; Las condiciones valvulares afectan sus válvulas; mientras que el pericardio puede presentar inflamación, acumulación de líquido o taponamiento. De igual forma existen condiciones congénitas, que son aquellas con las que nace una persona.
Respecto a las cardiopatías congénitas o alteraciones determinadas por la genética, no hay forma de evitarlas directamente, pero la mayoría del resto de enfermedades cardíacas sí tienen su grado de previsibilidad, dependiendo de nuestras acciones y elecciones de vida.
Primero, están los factores de riesgo; modificables y no modificables. Como su nombre lo indica, los elementos no modificables, que incluyen la edad, el sexo y la herencia familiar, no pueden alterarse, pero sí es posible tomar conciencia de su existencia y, a partir de ello, comprender que su presencia exige una vigilancia más estrecha. del estado de salud de nuestro corazón.
Por otro lado, entre los elementos modificables se encuentran la dieta, el nivel de actividad física, la contaminación, el consumo de tabaco, los niveles de colesterol o el control de otras enfermedades, como la hipertensión y la diabetes, por citar algunas.
Dentro de todos estos elementos, hay algunos que conllevan mayor peligro que otros, afirma el doctor López Cuéllar. El humo del tabaco, independientemente de si es de primera o segunda mano, provoca importantes problemas para la salud del corazón, al igual que la hipertensión arterial (hipertensión), los niveles elevados de colesterol, el sobrepeso o la obesidad.
Las causas del riesgo no son aditivas, sino multiplicativas; Esto quiere decir que una persona que fuma puede tener el doble de probabilidades que una persona que no lo hace, pero alguien con este hábito, que además tiene diabetes, no tendrá cuatro, sino seis veces más probabilidades de padecer la enfermedad.
¿Cómo puedo mantener mi corazón sano?
El Dr. López Cuéllar comenta que lo más importante para mantener un corazón sano es saber de dónde venimos, esto significa darnos cuenta de las situaciones que se han presentado anteriormente, en la familia y en nosotros mismos. Es muy común que alguien que se considera y se siente sano desarrolle una afección cardíaca sin haber identificado su historia.
Saber si hay o ha habido casos de infartos, otras enfermedades cardíacas, diabetes, colesterol alto o hipertensión ayudará al médico a evaluar los riesgos de un paciente, supuestamente en buenas condiciones, y tomar medidas preventivas en el momento adecuado.
El segundo punto es el estilo de vida que incluye hacer ejercicio con frecuencia, mantener un peso adecuado y llevar una dieta saludable; Se debe limitar la sal y el azúcar, así como las grasas saturadas, aumentar el consumo de verduras y reducir la ingesta de alcohol.
En tercer lugar, es necesario inferir nuestro propio estado. Debemos ser conscientes de cuántos factores de riesgo presentamos; como la edad, ser fumador, peso corporal, etc. Intenta corregirlos o llevar un correcto control, en caso de que no se puedan modificar.
En cuanto al control médico, existen recomendaciones diferentes para cada persona. En los hombres, la sugerencia es que, a partir de los 40 años, comiencen a someterse a evaluaciones periódicas, esto permitirá detectar los padecimientos antes de que den síntomas perceptibles o, si están avanzados, darles tratamiento temprano.
Para las mujeres lo mejor es que sea a partir de los 50 años, la razón es que tienen protección gracias a las hormonas, que se generan en la etapa reproductiva pero, una vez que llega la menopausia, esta desaparece. A partir de esta edad las posibilidades son iguales a las de los hombres.
En ocasiones, el chequeo médico debe adelantarse bajo ciertas situaciones comentadas en los puntos anteriores, como antecedentes familiares y factores de riesgo; En estos casos lo mejor sería iniciar la revisión unos 10 años antes.
Una situación especial, sin contar agentes genéticos o congénitos, es si la persona realiza actividad física intensa. Aquí es necesaria una revisión en la juventud porque el paciente podría tener una enfermedad cardíaca que no ha presentado síntomas, sin embargo, el esfuerzo generado puede ocasionar graves problemas de salud o poner en riesgo la vida.
Identificar cuándo acudir al cardiólogo a tiempo
Si se presenta o se diagnostica una enfermedad cardíaca, no se puede curar al 100% en la mayoría de los casos, pero una atención oportuna ayudará a reducir los efectos negativos y mejorar la condición del paciente, logrando, en algunos casos, una vida mejor. vida relativamente normal.
Más allá de los controles anuales, que todo el mundo debería hacerse, es importante prestar atención a las señales de alerta relacionadas con un posible problema cardíaco, como por ejemplo:
- Dolor en el pecho, que se siente como si estuviera apretando el pecho y puede extenderse a la boca del estómago, el cuello, la mandíbula o algunos de los hombros y brazos.
- El dolor puede durar desde unos pocos minutos hasta 30 o más.
- Dificultad para respirar en reposo o durante actividades consideradas no intensas.
- Sensación de que no tienes suficiente oxígeno.
- Palpitaciones que no están relacionadas con ninguna actividad física.
- Mareos o desmayos.
- Hinchazón en las partes periféricas del cuerpo (brazos o piernas) y la hinchazón es simétrica.
Aunque estos síntomas no son exclusivos de una afección cardíaca, es necesario recibir atención médica especializada lo antes posible.
El doctor López Cuéllar comenta que, para toda persona que cumpla con las condiciones antes mencionadas, se recomienda acudir a un cardiólogo para recibir los controles periódicos requeridos.
En el Centro Cardiovascular del Centro Médico ABC podrás encontrar equipos y médicos especializados para diagnosticar enfermedades cardiovasculares, quienes también te apoyarán en la prevención y tratamiento.
También existe el Código AMI, un protocolo de atención riguroso para restablecer el flujo sanguíneo al corazón durante un ataque cardíaco.
El centro cuenta con la más alta tecnología de imagen para realizar estudios de imagen cardiovascular que pueden indicar la salud de tu órgano.
MMV
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