Había alegría en el aula. Sentados en sus pupitres, las niñas y los niños miraban con interés las cajas de cartón que contenían los libros de texto gratuitos. Expectantes, vieron como los maestros abrían las cajas. Un agradable aroma invadió el espacio; comenzó a entregarlos.
Los mentores repartieron paquetes de cuadernos a los infantes que contenían el grado escolar que cursaba el niño. Mi libro de cuarto año, con las materias Historia y educación cívica, geografía, aritmética y geometría, estudio de la naturaleza e idioma nacional.
Los docentes pidieron a los alumnos que forraran los libros, por lo que debían llegar a sus casas lo antes posible, ya que era necesario ir a comprar papel manila, cartón, plástico, pues al día siguiente ya debían estar bien presentados, con el respectivo nombre. de la escuela y del alumno.
La portada, creación de Jorge González Camarena, que fue apreciado con admiración y respeto “representa a la nación mexicana avanzando con el impulso de su historia y con el triple impulso -cultural, agrícola, industrial- que le da al pueblo”, se lee en las primeras páginas; las ediciones anteriores fueron decoradas por el pintor Raúl Anguiano, donde aparecían Hidalgo, Juárez y Madero.
La Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos nació el 12 de febrero de 1959, en el sexenio de Adolfo López Mateos, quien suscribió el decreto que establece, entre otros aspectos, “… Educación Primaria impartida por el Estado-Federación, Estados y Municipios– debe ser, además de obligatoria, gratuita”. Y añade: “…esta gratuidad sólo será completa cuando, además de las enseñanzas magisteriales, los alumnos reciban, sin costo alguno para ellos, la libros indispensables para sus estudios y tareas…».
En 1960 comenzó la distribución de los textos. Los primeros años de su vida fueron cuestionados. La investigadora Valentina Torres Septién señala, en el libro 50 años de libros de texto gratuitos, que “la UNPF, el PAN, el Movimiento Familiar Cristiano y la jerarquía católica, así como algunos colegios privados declararon su inutilidad…”, más aún así, agregó el investigador, el 31 de enero de 1962, en Monterrey, Nuevo León, la Comisión Organizadora de la Unión Neolonesa de padres convoca a una manifestación en el palacio municipal, «Si lo aceptamos, ¿qué podrá impedir que de un año a otro este texto único y obligatorio traiga ideas tendenciosas que conducirán a nuestros hijos hacia la doctrina comunista».
Datos ofrecidos por comunicación social de la SEP indican que en el presente ciclo escolar se entregaron más de 152 millones de ejemplares de preescolar, primaria, telesecundaria, educación especial y educación indígena.
Para la distribución de los ejemplares se requieren cuatro mil viajes para completar la entrega de todos los libros de texto a más de 220 mil escuelas de todo el país, donde imparten docencia 148.324 docentes. Asimismo, se distribuyeron 4,1 millones de libros para la educación indígena, 15 veces más que el año escolar anterior. De las 68 lenguas indígenas existentes en México, se cubrieron 25 lenguas.
POR RUBÉN MARTINEZ CISNEROS
COLABORADOR
MAÍZ
Continuar leyendo: Los libros de texto gratuitos