Después de las felices cifras —pero muy falsas— y la basura que dejan miles de personas cargadas en el Zócalo capitalino, ¿qué queda? Si acaso, un vago recuerdo de que se celebraba el 85 aniversario de la Expropiación Petrolera. Aparte de eso, no mucho.
O si. Una brecha de más de 16 mil millones de pesos ejercida irregularmente en Pemex. ¡De estos, más de la mitad en el actual sexenio! Un pozo sin fondo, donde han aumentado los despilfarros y los robos, pero ha disminuido la cacareada producción petrolera. Sí, ‘no le digas, no le digas’: esto es menos que en 2018, cuando se producían 1.825.000 barriles diarios (hoy apenas llega a 1.800.000). Nada que celebrar.
Somos testigos. La Cuarta Transformación quema el presente y con él el futuro. Los datos de Petróleos Mexicanos advierten de una crisis muy cercana a enfrentar en 2025. Solo sus pérdidas de 2019 a 2022 superan los 205 mil millones de pesos. Su deuda total es poco más del doble, alcanzando los 450 mil millones de pesos.
También arde la posibilidad de un futuro más verde, a medida que aumentan las fugas de gas a la atmósfera, alcanzando los 485 Millpcd. Y aunque Pemex presume que en 2022 produjo la mayor cantidad de petrolíferos de los últimos seis años, casi la tercera parte de ellos fueron fuel oil; un combustible contaminante y de muy bajo valor añadido. Esto, por decreto presidencial, ahora lo utiliza la CFE para quemarlo y producir electricidad.
Pemex fue una palanca de desarrollo. Ya no. La inversión realizada en Dos Bocas supera los 12 mil millones de dólares (cifra proporcionada por el Ministerio de Energía). ¡Y lo que falta! El costo ambiental de destruir manglares, flora y fauna es incalculable. Las otras refinerías también son muy contaminantes y no tienen la inversión necesaria para estar seguras.
La transparencia que debe ser absoluta en dicha empresa es el color chapopote. Donde nadie da una explicación de lo que se invierte o lo que se ha hecho con las transferencias/aportes/subsidios que da el gobierno federal. Cifras récord sin por tanto tener un retorno en la producción, por no hablar de una extracción menos contaminante…
Entre 2019 y 2022, Pemex ha recibido del gobierno federal 890 mil millones de pesos. La CFE, 300 mil millones. ¿Qué hemos obtenido los mexicanos poniendo ahí nuestros impuestos? Una autosuficiencia que no lo es; que no llega ni llegará. ¿Habéis notado cómo la fecha de éste sigue y sigue y sigue?
Tenemos una Pemex que ni siquiera brinda atención a sus empleados, hasta sus hospitales tienen fallas, sin olvidar que no le pagan lo justo al personal médico. ¿Seguridad para los que trabajan allí? Es mejor no hablar de eso.
No hay soberanía que presumir cuando los apagones se multiplican y las pérdidas acumuladas (2019-2022) de la CFE superan los 205 mil millones de pesos. Cuando su deuda total pasó de 216 mil millones en 2018 a más de 450 mil millones en 2022. Y para sellarla con broche de oro, la decadente administración no puede ocultar que sus ingresos pasaron de 668.2 mil millones en 2018 a 618.2 mil millones en 2022. Sí, los ingresos Cae la Comisión Federal de Electricidad y aumentan sus deudas.
Pemex y la CFE son instituciones quebradas, ineficientes y altamente contaminantes. Las cifras alegres e irreales que da el presidente pertenecen al mundo de otros datos.
El recuento de escándalos en el sector energético en nuestro país es terrible. Lo que debería haber sido una fuente de desarrollo se convirtió en una desviación de recursos, un aumento de las pérdidas acumuladas (más de 630 mil millones de pesos), incluido un aumento de la deuda con sus proveedores (pasó de 148 mil millones en 2018 a 284 mil millones en 2022) y una deuda total mayor a 108 mil millones de DÓLARES (se presume que la deuda de largo plazo se redujo de 96 a 83.8 mil millones de dólares, pero la de corto plazo pasó de 9.8 a 24 mil millones de dólares en esos cuatro años).
Y aun así, gastando otra buena parte de nuestros impuestos, la 4T se volvió a celebrar el sábado.
Pero las palabras pronunciadas en el Zócalo no transformarán a Pemex. No harán cambiar a la petrolera más endeudada del mundo. La soberanía energética no existe y cada día se aleja más la posibilidad de utilizar más energías limpias. No había nada que celebrar.
CAMARADA
Continuar leyendo: Nada que festejar | El Heraldo de México