El expresidente Alberto Fernández fue superintendente de Seguros Nacionales con el expresidente Carlos Menem, conoce a fondo el submundo de los seguros y reaseguros y Estaba en medio del frustrado intento de liquidar el Instituto Nacional de Reaseguros (INDER), uno de los nodos de corrupción en Argentina..
Tras su paso por esa organización estratégica en los años noventa, varios de sus colaboradores acabaron siendo procesados -aunque finalmente fueron destituidos- por irregularidades y aquel tiempo en la administración pública y Incluso provocó la censura de una nota del periodista Julio Nudler en Página 12.
Entre 1989 y 1995, Alberto fue superintendente del Seguro Nacional, luego de haber ocupado un cargo menor en el Ministerio de Economía durante el gobierno de Raúl Alfonsín.
Se desempeñó como jefe de esa organización que debe controlar el mercado de seguros hasta seis meses antes de la renuncia del ministro de Economía, Domingo Cavallo, el 26 de julio de 1996 por sus peleas con Menem.
Durante ese período Alberto también fue presidente de la Asociación de Superintendentes de Seguros de América Latina entre 1989 y 1992, cofundador de la Asociación Internacional de Supervisores de Seguros y experto en Seguros de ALADI.
Cavallo lo intentó privatizar el INDER pero el Congreso lo rechazó y luego decidió intervenir para liquidarlo. En el proceso nombró a Roberto Guzmán como coadyuvante. Pero el economista de la fundación mediterránea, conocido por su híper honestidad, No pudo liquidarlo porque se habían generado supuestas nuevas deudas del INDER con aseguradoras privadas.
Así, Cavallo. Contrató al exfiscal Luis Moreno Ocampo y a su socio Hugo Wortman Jofré para investigar la corrupción interna. En primer lugar, “Alberto era esquivo” En la investigación interna, dijeron Clarín fuentes judiciales. Además, una de sus hermanas era asesora jurídica del INDER, que -por otra parte- Era una “caja de la política” con una junta directiva compuesta por ocho políticos y funcionarios.
Pero meses después, Alberto “colaboró” con Moreno Ocampo y Wortam y se convirtió denuncia penal contra estas empresas ante el juez Jorge Ursoquien luego de varias idas y vueltas terminó, con el paso de los años, permitiendo que los imputados fueran sobreseídos.
Sin embargo, Cavallo siguió apoyando a Roberto Guzmán e incluso Prologó su libro titulado “Saqueo asegurado, corrupción en el negocio asegurador y el caso Salta”, publicado en 1997.
En esa introducción, el ex ministro afirma que el INDER fue “una de las organizaciones más invadidas por la corrupción y las negociaciones de la hiperregulada Argentina”. Aseguró que luego de dos años de funcionamiento de una Comisión Liquidadora del INDER -antes de la administración de Guzmán- “la aparente deuda de los organismos se había cuadriplicado”. Guzmán fue liquidador del INDER entre 1994 y 1996.
Dijo que Guzmán “perplejo nos dijo (en 1996) su asombro ante el estancamiento de casos judiciales repletos de pruebas condenatoriasLo suficiente como para tener tras las rejas a un buen número de funcionarios, cabilderos y personal público de gran renombre”.
Guzmán detalla cómo funcionó la “industria procesal” contra el INDER y pone como ejemplo un accidente automovilístico ocurrido en La Rioja en 1983, donde la víctima recibió 14 mil dólares y los abogados y peritos -vinculados a un funcionario menemista- que intervinieron y terminaron cobrando $1.400.000.
En 2004, el fallecido periodista Julio Nudler intentó publicar en Página 12 el artículo titulado “Títeres y titiriteros” por la designación de Claudio Moroni en la Sindicatura General de la Nación (Sigen). El diario K no se lo permitió porque describió un supuesto “red empresarial” entre Moroni y Alberto Fernández cuando ambos eran números uno y dos de la Superintendencia Nacional de Seguros.
Según Nudler –quien denunció censura al diario oficial y fue duramente criticado por el periodista K Horacio Verbitsky– entre 1994 y 1996 presionaron a Guzmán para “reconocer una deuda con el sector asegurador de 1.200 millones de dólares, cuando después el propio Guzmán demostró que era difícilmente de 500 millones”.
La nota también está relacionada con el llamado “Caso Intelisano”.
Juan Intelisano era funcionario del Ministerio de Economía y fue procesado por haber autorizado un pago de $54 millones a un grupo de aseguradoras que habían reclamado esa cifra al ex Fondo Nacional de Ahorro y Seguros que fue privatizada en los años 90.
Intelisano, quien fue subsecretario de Administración y Normalización Patrimonial del Ministerio de Economía, liberó esos millones en 2007 y por ello fue procesado en junio de 2010 por el entonces juez federal y actual miembro de la Corte Suprema de Justicia de Buenos Aires Sergio Torres. junto a otros exfuncionarios y los empresarios que participaron en la maniobra.
Hay otras causas donde se investigó la gestión de Alberto y sus colaboradores al frente de esa superintendencia. En 2017, por ejemplo, el juez federal Rodolfo Canicoba Corral procesó a Claudio Moroni por el delito de incumplimiento de deberes de funcionario público. por descontrol del presunto vaciamiento de la empresa Sudamérica Compañía de Seguros de Vida Patrimoniales SA (SAVIDA).
En el caso de Canicoba Corral, había varias compañías de seguros bajo investigación en expedientes separados. Lo que se investiga en cada caso es el supuesto vaciado de las firmas mediante la creación de empresas paralelas del mismo grupo al que se transfirió la cartera aseguradaSí, pero no los accidentes. La consecuencia fue que los cientos de asegurados que sufrieron accidentes quedaron sin el apoyo de la firma original. Moroni acabó siendo absuelto.
Y ahora, siete años después, Alberto Fernández es nuevamente investigado por corrupción en el mundo de los seguros por haber, supuestamente, incentivado la introducción de intermediarios en la contratación de seguros por parte del Estado durante su gestión presidencial.
Paradójicamente, el INDER -un caso emblemático de corrupción en el mundo de los seguros y tras la muerte de Guzmán- 30 años después “aún no ha podido terminar de liquidarse” dijo la fuente judicial con resignación.
Con información de: Telam, AF News y OpenAi