Como concepto suena fenomenal: “ayudarán a los trabajadores a tenern mejores pensiones”. En realidad será un robo de más de 40 mil millones de pesos. Como propuesta, tendrían que modificar los errores que contiene y generar un esquema jurídicamente viable (el propuesto no lo es) para que el el gobierno guarda el dinero eso no es tuyo.
En cualquier caso, la polémica está servida. La iniciativa de reforma presentada por el gobierno federal plantea que el dinero que está en las Afores y no se reclama (no se han especificado tiempos, motivos, plazos, condiciones, etc.) será tomado por el gobierno para crear una “reserva o bolsa”. que garanticen una mejor pensión a los trabajadores”.
Afirman que esto dinero confiscadoo mejorará en tres puntos porcentuales la pensión para quienes la reciben y la recibirán en el futuro; Es decir, en lugar de recibir el 27% del último salario como pensión mensual, se obtendría el 30%.
Tal como se propuso, la iniciativa constituiría un despojo inaceptable de los ahorros de los trabajadores.
No habría forma de monitorear y controlar el uso adecuado de esos 40 mil millones de pesosuna vez pasaron a las arcas públicas gestionadas por el gobierno.
Ocurriría exactamente igual que con el fideicomisos desaparecidos: Nadie sabe dónde está ese dinero, si se utilizó o para qué.
López Obrador asegura Lo que se busca: “proteger ese dinero y garantizar que las instituciones que lo gestionan no se lo queden”. Lo dice como si hubiera alguna evidencia de que la administración pública gestiona mejor el dinero que la iniciativa privada o, bueno, que no roba a gran escala.
Lo que toma tono de verdadero chiste es cuando el presidente dice que este nuevo Fondo de Pensiones del Bienestar tendrá otras fuentes de financiamiento como las confiscaciones que hace el Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado, las ganancias de las Tren Maya, de AIFA, del corredor del Istmo de Tehuantepec, así como lo obtenido por la venta de terrenos previamente controlados/pertenecientes al Fondo Nacional de Turismo (FONATUR). Es burlón porque no aclara que todas estas fuentes son en realidad pozos sin fondo con pérdidas millonarias.
Y aunque en nuestro país algunas administradoras –afores– cobran una comisión más alta que las de otros países, esto es algo que podría y debe mejorarse.
Ciertamente no debería ser la justificación para que el ejecutivo federal pueda manejarlos como le plazca.
No es la primera vez que lo señalo; el primero en mayo de 2020, “AMLO, donde quiera que ponga la mira, todo molesta; aguas con nuestras pensiones!” (SDPnoticias).
Obviamente no soy pesimista, es simplemente un esquema –tomar nuestro dinero y administrar el tesoro– que el obadorismo ha repetido una y otra vez con pésimos resultados (la información que sustenta lo que digo es pública y extensa). Optar por las Afores (el resto, las que nadie cobra) es el pretexto perfecto para ganar dinero fácil sin tener que pagar ningún coste económico.
El gobierno podría proponer mecanismos para rastrear y entregar estos montos a sus legítimos dueños o sus herederos. Se hace en otras naciones y a costos muy razonables en cuanto a trámites. Si esto no es posible, entonces dirigir estos recursos –preferiblemente sus ingresos/intereses- a programas específicos con certificación internacional o a proyectos productivos.
Como se dijo, esta iniciativa de reforma es una expropiación de recursos; Los ahorros son propiedad privada.
El impacto de lo que pretende hacer el régimen ha sido tal que el dictamen de la reforma ya sufrió su primera modificación al leer: “las Afores deberán transferir los recursos de las subcuentas al Fondo de Pensiones para el Bienestar en el momento en que los trabajadores se conviertan 70/75 años; Lo anterior no aplicará para cuentas con relación laboral activa.”
De lo contrario, una persona que ha cumplido 70 años pero por algún motivo continúa trabajando (no se jubila) perdería su dinero ahorrado y no reclamado, lo que le aseguraría un verdadero calvario cuando finalmente decida jubilarse.
Para colmo, el gobierno dirá que las pensiones “las otorga él” y no que son producto de los ahorros de muchos otros trabajadores luego de una larga vida laboral.
Ya van por las Afores, no es lo único. Él Fondo de Pensiones de Bienestar anuncia terminar siendo como el farmacéutico; el que todavía está vacío y solo tomó los medicamentos del IMSS e ISSSTE.
Hemos sido advertidos y estamos a punto de ser sentenciados.
POR VERÓNICA MALO GUZMÁN
COLABORADOR
VERONICAMALOGUZMAN@GMAIL.COM
MAAZ
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