Al ingresar a la universidad, nos sumergimos en un mundo de ambiciones y objetivos académicos, donde a menudo nos concentramos en lograr grandes cosas mientras pasamos por alto las sutilezas que dan forma a nuestra experiencia. Nos preguntamos qué hace que un estudiante universitario tenga éxito: ¿son sus calificaciones, sus logros extracurriculares o su capacidad para navegar en un entorno académico exigente? Sin embargo, rara vez nos detenemos a considerar cómo encuentran valor en el Pequeñas cosascomo esos Comportamiento Cosas aparentemente insignificantes pueden impactar profundamente su viaje hacia la excelencia.
Generalmente, el cosas pequeñas Son fácilmente pasados por alto o subestimados debido a su tamaño o impacto aparentemente menor en comparación con otros actos más grandes o significativos. Sin embargo, estos pequeñas accionesque pueden ir desde un gesto amable hasta un momento de tranquila reflexión, son los que pueden marcar una gran diferencia en nuestras vidas y en el mundo en general.
Sigue leyendo:
Descubrir el mundo puede ser una experiencia dolorosa
Recupera tu fuerza interior ante las adversidades de la vida.
En mi familia me han enseñado que todas aquellas cosas que a primera vista no parecían tener importancia o valor, en realidad son fundamentales para nuestra vida. Ahora entiendo por qué aspectos como la puntualidad, la limpieza, la cortesía, el respeto, la responsabilidad, el trabajo bien hecho, la paciencia, la humildad, la perseverancia, el agradecimiento, la amabilidad y la alegría fueron todos ellos pequeñas acciones que, sumados, podrían marcar la diferencia en nuestra vida cotidiana: en el trato con amigos, familiares o en los deportes.
A menudo nos preocupamos por las cosas importantes de la vida, como el éxito profesional o la búsqueda de la felicidad, pero nos olvidamos de las pequeños detalles eso puede marcar la mayor diferencia. Acciones como una sonrisa amable a un extraño, un acto de servicio a un amigo necesitado o simplemente un momento de silencio y reflexión durante el día.
He aprendido que cada acción en la vida tiene un propósito y un significado más allá de su valor superficial. Mis amigos y familiares me alientan a encontrar la belleza en lo simple, a apreciar la naturaleza y a prestar atención a lo detalles más pequeños en tu entorno. Tan frecuente pequeños detalles Son los más importantes, ya que en los pequeños detalles de la vida diaria y cada acción por más insignificante que parezca tiene un valor intrínseco.
En la universidad, a menudo nos distraemos por el ruido y el ajetreo de la vida universitaria, las ganas de irnos de vacaciones, graduarnos, el estrés de los exámenes. Nos centramos en nuestros objetivos y nos olvidamos de disfrutar el viaje en escenas como el canto de un pájaro, la belleza de una flor, la calidez de una mirada. Pensemos en algo más común, como una cerveza bien acompañada, un cigarro semanal, una carne asada, sentarse en una terraza o tener una hora de estudio con amigos; detalles cómo estos pueden ayudarnos a encontrar paz y serenidad en medio del caos.
La vida es una colección de momentos y cada momento tiene el potencial de ser significativo y valioso. pequeños actos Pueden marcar una diferencia en nuestras vidas y es importante recordar que cada acto que realizamos, por pequeño que sea, puede tener un impacto en nosotros y en quienes nos rodean.
Hace unas semanas, en mis vacaciones de Semana Santa, decidí ir a ayudar en un internado infantil “La villa de los niños”. Es la segunda vez que voy, hay 2 mil niños hospitalizados y residen allí porque vivían en un ambiente donde era común encontrar problemas de violencia doméstica, violencia en su comunidad por el narcotráfico o sus oportunidades profesionales eran limitadas. .
Mi convivencia con estos niños me hizo profundizar cómo pequeños detalles hacen la diferencia. Lo que más me llamó la atención esta semana es cómo el pastel era el alimento más deseado. Cada día tenía que comer con un grupo diferente de niños (los llaman familias), éramos aproximadamente de 20 a 30 niños por familia. Los niños no comían nada mal, normalmente tomaban una buena sopa de pasta, arroz, frijoles, tortillas, un guiso y de postre alguna fruta o galletas, pero lo que más emoción les daba era un pastel.
En las comidas era común que me hablaran de la fascinación que tienen por este alimento que se desayunaba los lunes, viernes y domingos. Les pregunté qué tenía de especial este pastel, solo me dijeron que estaba delicioso. La de los lunes era una tarta de mayonesa con queso, la de los viernes era de jamón y la de los domingos era la mejor porque era de jamón, queso y muchas verduras.
Me sorprendió aún más que, a pesar de todas las buenas comidas que comían, un pastel podía cambiarles el día o ser el motivo para levantarse de la cama, no por el sabor de lo que estaban probando, sino porque podían preparar el suyo propio. bizcocho, le pusieron toda la mayonesa que quisieran y que pudieran convivir mientras lo preparaban. Al final me hizo pensar en mi vida ordinaria. ¿Cuáles son las tartas de mi semana? ¿Aprecio los momentos mientras lo preparo? ¿Le pongo mucha mayonesa o poca?
A lo largo de mi vida he aprendido que pequeños detalles en la vida son los más importantes y que debemos prestar atención a los detalles de nuestro entorno. Debemos encontrar la belleza en actos simples y recuerda que cada acción que realizamos tiene un propósito y significado. Cómo algo tan común como un pastel puede ser extraordinario en las manos adecuadas si se hace con amor. “¿Os habéis parado a considerar la enorme suma que pueden llegar a suponer “muchos pocos”?
Por: Juan Pablo Rosas Libreros
Instagram: jprosasl
Comunicación, Universidad Panamericana
XG
Continuar leyendo: Ordinario a Extraordinario | El Heraldo de México