La pandemia de COVID-19 puso de manifiesto la vulnerabilidad financiera de muchos segmentos de la población, no sólo de los mexicanos, sino también de los países más desarrollados. La mayoría de la gente no estaba preparada en términos financieros para afrontar una crisis de ingresos prolongada y tuvo que recurrir al crédito y a los préstamos para salir de ella.
El estrés financiero es un problema que afecta a demasiadas personas y aunque parezca invisible afecta a gran parte de la sociedad, pero sus implicaciones para la salud y el bienestar surten efecto si no se trata correctamente, por lo que no debemos subestimarlo. Este tipo de problema se define como angustia, ansiedad y presión ante una situación económica llena de incertidumbre y dificultad económica que roba energía y tiempo.
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El estrés financiero afecta tu salud física, provocando insomnio, depresión y problemas cardiovasculares. También afecta tu bienestar emocional con tu entorno familiar, social y laboral, disminuyendo la productividad.
¿Cómo podemos identificarlo?
En México, la población adulta lo sufre porque según el “Reporte de Bienestar Financiero 2023”, en el caso de México -realizado por Invested, Vanguard, AON y Amedirh- el 57.33% afirma que sus finanzas impactan directamente en la vida diaria.
- Necesitas pedir prestado para llegar a fin de mes
- Estás retrasado en el pago de créditos y servicios.
- Pagas un préstamo con otro
- ¿Estás buscando un trabajo adicional?
- Gastas más de lo que te permite tu presupuesto
- Usas la tarjeta de crédito para gastos diarios
¿Cómo prevenir el estrés financiero?
El estrés financiero no es un problema que deba minimizarse, posponerse o ignorarse, hay que atacarlo con una gran decisión y con ella un “Plan de Acción”, que incluya un importante cambio de hábitos.
Plan de ACCION: Tener una meta reduce el estrés. Para ello, es importante reconocer su fuente de deuda.
Hacer un presupuesto: No tener un presupuesto o un registro de gastos será una pérdida de tiempo y dinero.
Identifique sus deudas: analiza y clasifica, estableciendo un orden de deudas.
Reducir el uso de crédito: Recuerda que el crédito no es malo, pero antes de contratarlo conoce tu capacidad de pago.
Tener un fondo de emergencia: Te dará seguridad ante eventualidades y te liberará del estrés financiero.
La “salud financiera” es un estado en el que una persona puede satisfacer sus necesidades actuales, absorber las crisis financieras y perseguir objetivos financieros a mediano y largo plazo.
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