El placer duró menos de una semana para el presidente de Rusia, Vladímir Putinpor haber ganado una nueva reelección cuando organización terrorista ISIS-Kuna celda de Estados Islámicos (ISIS) llevó a cabo la masacre de al menos 139 civiles en el Conciertos en el Crocus City Hall, Moscú.
Unas horas más tarde, Putin vinculó la autoría con Ucrania, quien inmediatamente respondió que no utilizan métodos terroristas para combatir a Rusia, pero sin ser un experto, el modus operandi en la sala de conciertos de Moscú es muy similar a lo ocurrido. Hace casi nueve años en Bataclán, en París; o dos años después en el Manchester Arena, Inglaterra.
No en vano la embajada de Estados Unidos había advertido al Gobierno de Putin sobre posibles atentados terroristas detectados desde noviembre pasado por los servicios de inteligencia estadounidenses.
Putin rechazó las advertencias del embajada americana sobre ataques terroristas, calificándolos de «provocativos» en un discurso ante el Servicio Federal de Seguridadafirmando que «parecen un chantaje descarado y la intención de intimidar y desestabilizar nuestra sociedad».
Pero estaba equivocado. Aunque nunca lo admitirá, ya ha aceptado que ISIS-K Es el autor de la terrible agresión contra los civiles rusos. Pero también insiste en que Ucrania tiene algo que ver con eso y nunca se desviará de esa posición: tiene un proyecto expansionista que cumplir.
La célula ISIS-K – más radical– la autora del atentado de Moscú nació en 2015 y desde entonces opera en Afganistán, Pakistán e Irán y es responsable de al menos 21 atentados en Europa, también está presente en África, Asia Central y Sudeste Asiático.
La pregunta es ¿por qué atacó a Rusia? Y resulta que Moscú siempre ha estado en la lista de prioridades de ISIS-K, en gran parte debido a la ocupación militar rusa de Afganistán en la década de 1980.
No sólo eso, Moscú tiene una larga historia de represión de las comunidades musulmanas en Rusia, especialmente en el norte del Cáucaso. También han citado su papel como salvavidas del brutal régimen de Bashar al-Assad, en Siria.
Además, muchos de los militantes de ISIS-K detenidos en toda Europa, incluida Rusia, en los últimos dos años han sido ciudadanos rusos y personas de Asia Central que tienen vínculos con Moscú.
Los ataques terroristas, incluidos los perpetrados en regímenes brutales como el Irán, Siria o RusiaSon ataques trágicos contra civiles que no tienen la culpa de las políticas de los gobiernos extremistas bajo los cuales se ven obligados a vivir.
Aunque el presidente Putin ha ganado unas nuevas elecciones, no todos los rusos están de acuerdo con sus aspiraciones expansionistas, pero expresarlo en público puede ser letal, sólo recuerda Alexei Navalny o Yevgeny Prigozhin (jefe del grupo mercenario ruso Wagner) están ambos muertos.
Aunque los planes del presidente ruso no incluyen la idea de salir de Ucrania ni permitir manifestaciones libres, Rusia vive una democracia que ya las desangra.
POR ISRAEL LÓPEZ GUTIÉRREZ
COLABORADOR
ISRAEL.LOPEZ@ELHERALDODEMEXICO.COM
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