Según expertos militares, Rusia ya ha iniciado su anunciada ofensiva en Ucrania para intentar dar la vuelta a una guerra que comenzó hace casi un año y que, contra todo pronóstico, se ha prolongado 50 semanas más de lo previsto. Y de hecho pocos, muy pocos, ahora esperan que el conflicto termine pronto.
La nueva ofensiva está determinada en parte por los anuncios de que Estados Unidos y Europa entregarán armamento avanzado a Ucrania, que, sin embargo, necesitará meses de entrenamiento y preparación para poder usar nuevos tanques y otros equipos en el campo de batalla.
El gobierno del presidente Vladimir Putin inició, el 24 de febrero de 2022, su «operación especial» para asegurar territorios ucranianos con importantes minorías rusas amenazadas, según su propaganda de neonazis aliados con la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
O algo así, porque el pretexto era lo de menos. La realidad es que se trató de un doble juego geopolítico, tanto para advertir a Estados Unidos y sus aliados europeos que se mantuvieran fuera del área de intereses rusos como para reafirmar el control sobre regiones o países que, les guste o no, Putin considera ser parte de Rusia.
Putin lleva años en el paciente trabajo de restablecer, formal o informalmente, lo que durante siglos fueron las fronteras del Imperio Zarista hasta 1917 y de la Unión Soviética hasta 1990, y sobre todo, tratando de remover o restablecer las barreras a la presencia de La OTAN en sus fronteras.
Para Putin, una de las peores tragedias geopolíticas del siglo XX fue la disolución de la Unión Soviética. Y puede que tenga razón: la desaparición de una gran potencia condujo a la hegemonía absoluta temporal de otra y al surgimiento o resurgimiento de múltiples focos de poder: China, India, Japón, Corea del Sur, Australia, Turquía, Brasil, Arabia Saudita, los Estados Unidos. Unión Europea – y una nueva era de inestabilidad global.
Pero eso no justifica el intento de hacer una conquista territorial al estilo de lo que hicieron algunas potencias en el siglo XIX y por imperativos geopolíticos que llevaron en el siglo XX a los mayores conflictos que haya visto la humanidad.
Al intentar hacerlo con la invasión de Ucrania, Putin estuvo de acuerdo con sus detractores y exacerbó los temores en los países vecinos, incluidos algunos que, como Finlandia y Suecia, habían estado fuera de las alianzas antirrusas durante décadas.
Según informaciones de la prensa europea y estadounidense, la posición de Putin dentro de Rusia ya encontraría algunos problemas y las discrepancias respecto al avance de las operaciones militares serían considerables, tanto por las pérdidas humanas y materiales como por su supuesta ineficacia.
En este sentido, la nueva ofensiva tendría como objetivo asegurar ciertas regiones en disputa y posicionarse para lo que algunos europeos afirman podría ser un conflicto de años y que redundaría en beneficio de Putin, dado el cansancio que empiezan a sentir los aliados de Ucrania. espectáculo.
POR JOSÉ CARREÑO FIGUERAS
JOSE.CARRENO@ELHERALDODEMEXICO.COM
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