Estamos, por así decirlo, en el «sexenio Isela Vega». Espero que los familiares de la actriz no se ofendan, ella posee una carrera admirable. Lo que pasa es que si tuviéramos que definir a los colaboradores del presidente con una frase, esta sería una de las varias llenas de genialidad que, si no me equivoco, le debemos a doña Isela, frase a la que ya me he referido brevemente. aquí para hablar de la comentariocracia steela: «¿Qué importa una mancha más en una reputación como la mía?» Por supuesto sin saberlo, doña Isela dejó para la posteridad los primeros criterios para la selección de colaboradores, llamémoslos así con generosidad, del presidente.
El ejemplo más claro es el último. Es la de Yasmín Esquivel, de la que no vamos a hablar ahora que es empleada de la titular del Ejecutivo. La mujer sin licencia robó, mintió y fue atrapada, nada más que, a diferencia del título de la película de Woody Allen, no se escapó ni se escapará. Ya ha dicho que se quede en el cargo, que hagan lo que quieran, porque todo indica que ni la Corte Suprema ni la UNAM tienen facultades para sacarla a la calle, y la sin licencia cuenta con el apoyo de la sí-con licencia, López Obrador. ¿Qué recompensa el presidente? Hombre, sí: obediencia. Pero en el fondo lo que premia es no tener nada que perder. No tener una reputación que cuidar y mostrarse, por lo tanto, dispuesto, dispuesto en este caso, a lo que sea, por vergonzoso que sea.
Si lo miramos detenidamente, este criterio es de aplicación universal. “Bueno, el Dr. Snotlout tiene razón. Ahí está Delfina”. Justo eso: una mujer formalmente declarada corrupta que estuvo en la SEP y que puede gobernar el Edomex. Mujer que fue sustituida en Educación por doña Leticia Ramírez, caso en el que tampoco hacen falta muchas explicaciones. Y sigue matando. ella dando.¿Has visto el nivel de la titular de la CNDH?Imagínate que eres ella y que de repente te cae ese trabajo, con el sueldo, el chef y el seguro médico.El precio: decir que el INE es nefasto porque no se pronunció sobre un fraude del año 52. Vaya, el precio es no tener piedad. Lo mismo podría decirse del señor Bartlett, que no llega a los ochenta a ver si corrige su paso a la posteridad, o de Doctor Muerte, o de Elenita en Conacyt, o de Cuit en Veracruz, o de Octavio Romero, o de Lady Inundaciones en Energía, o de los moneros, como pudiéramos decir antes de Florencia Serranía, ilesa, bien asentada en la nómina, entre muertes e incendios, o de Irma Eréndira, quien comenzó a investigar e abogado y no le encontre ni un predial sin pagar.
O sea, que el presidente armó un sexenio de pueblo libre: libre de las cadenas del decoro, del pudor, del sonrojo, qué dirán. Libre del peso de cuidar una reputación.
POR JULIO PATÁN
COLABORADOR
@JULIOPATAN09
CAMARADA
Continuar leyendo: Un sexenio sin reputaciones que cuidar