La Supercopa Endesa no le sienta nada bien al Barça, peor que un chándal a Frank Sinatra, incapaz de levantar el trofeo desde 2015. Aunque quizás lo más doloroso es que, con la semifinal de este sábado, lleva cinco derrotas consecutivas ante el Real Madrid en este torneo -los cuatro anteriores estuvieron en la final-, que presume de ser oficial aunque baje el telón de la pretemporada.
Con la Lliga Catalana en el bolsillo, Roger Grimau tuvo una prueba de altura, quizás la primera de la temporada con su primer clásico en el banquillo. Tranquilo por fuera, probablemente histérico por dentro, el técnico no cambió su guión pero fue evidente que su plantilla aún está en proceso de aprendizaje. Especialmente en el área defensiva, donde algunos jugadores todavía están demasiado perdidos. Para asentarse, un cambio tan brusco como el de este verano en el Palau requiere mucho más tiempo, va mucho más allá que el mes de septiembre.
Campazzo destrozó al Barça en el tercer cuarto, marcando bajo aro con una facilidad asombrosa
Los blaugrana empezaron a vivir de la primavera de Laprovittola, que tras las salidas de Mirotic o Higgins parece ser el mejor argumento ofensivo de Grimau en estos momentos. El argentino se llevó hasta 16 puntos en su mochila sólo en el primer cuarto. Pero depender tanto del mismo jugador no fue la mejor señal, como se demostró más tarde.
El proyecto del Real Madrid es opuesto al del Barça. Continuidad y solo una cara nueva… pero que cara. La llegada de Campazzo ha sido la guinda del pastel para el campeón de Europa, que demostró que se conocía mucho mejor que su rival y que los sistemas de su entrenador estaban mucho más integrados.
El equipo blanco tiene recursos casi ilimitados y el Barça lo sufrió. Deck fue el primero en plantar cara a Laprovittola, evitando que el conjunto azulgrana se escapara ante el luminoso del Palacio de Deportes de Murcia, que resultó ser tan blanco como el WiZink.
El sueño del Barça se reavivó con un triple de Parra nada más comenzar el segundo cuarto (32-25), pero el Real Madrid pronto se puso la tirita y se hizo con el control del clásico. Ya por aquel entonces las derrotas, las mismas que tanto irritaban al antecesor de Grimau, eran un lastre para el conjunto barcelonista, que se mostraba demasiado tierno.
Laprovittola fue el único argumento ofensivo de los blaugrana ante un rival con más poder de fuego
La igualdad en el clásico saltó por los aires tras la salida del vestuario. Tavares ya amenazaba con convertirse en un serio problema para el Barça y la cuarta falta de Vesely lo confirmó. Como ya se vio en Lleida, Willy Hernangómez confirmó que está muy lejos del nivel que se espera de él (-3 de valoración), topándose una y otra vez con el gigante caboverdiano. Debajo de su canasta, permitió que Campazzo se desbocara y destrozara el partido con 8 puntos casi consecutivos que se extendieron hasta el 58-67 al filo del último acto.
Aunque las sensaciones que transmitió el Barça no fueron las mejores, aún así se permitió soñar con luchar por la victoria y por la final. Pero entonces apareció el arsenal del Madrid. Primero fue Deck. Luego Tavares. Hasta Rudy hizo de las suyas para romper el clásico. Y en el tramo final, Musa se hizo cargo, golpeando con saña el aro azulgrana, haciendo saltar el marcador por los aires. Poirier se fue profundo hasta el 66-83, poniendo mucho peso al Barça de Grimau. La sexta final del Madrid era un hecho. Unicaja o Murcia serán su rival.
Ficha de datos
80. Barça Basket (25+15+19+21): Laprovittola (27), Satoransky (14), Da Silva (5), Kalinic (7) y Vesely (8) -quinte inicial-, Brizuela (-), Willy Hernangómez (2), Abrines (8), Parker (4), Jokubaitis (2) y Parra (3).
90. Real Madrid Baloncesto (22+20+25+23): Campazzo (17), Abalde (2), Musa (24), Deck (14) y Poirier (7) -quinte inicial-, Causeur (-), Rudy Fermández (7), Henzonja (-), Sergio Rodríguez (3), Tavares (13), Llull (2) y Yabusele (1).
Árbitros: Benjamín Jiménez Trujillo, Rafael Serrano Velázquez y Cristóbal Sánchez Cutillas. Ningún eliminado.
Incidencias: Partido de la primera semifinal de la Supercopa Endesa de baloncesto que se disputó en el Palacio de los Deportes de Murcia ante 7.400 espectadores que llenaron sus gradas.
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