A los 20 años, José Clemente Orozco perdió su mano izquierda; un accidente con pólvora lo dejó manco y con una pequeña cicatriz en el rostro. Esas huellas y su historia —“imperfecciones”, las llama— fascinan al escultor mexicano Rubén Orozco Loza (Guadalajara, 1979), quien encontró en el hiperrealismo lo que quiso expresar con el arte.
“El hiperrealismo es el arte de engañar a la vista, pero yo me enfoco en las imperfecciones, en realidad la figura humana es imperfecta y con esa imperfección se puede llegar a la perfección”, dice.
Orozco Loza comenzó como artista abstracto, al terminar sus estudios trabajó con el orfebre celestino cruzley y poco a poco se decantó más por la escultura. En 2001 establece un taller con su esposa Clara Alcántara, donde realiza piezas de bronce para el espacio público. Allí también comenzó a explorar el hiperrealismo: “Era cuestión de prueba y error, en México no hay clases de técnica, los materiales eran escasos, ya que vienen de Estados Unidos o de Europa”.
Pacientemente, las figuras del artista cobran vida, con la serenidad de un orfebre insertando cabello, definiendo arrugas e imperfecciones, aclarando gestos. Junto a Clara, del taller ya han salido esculturas de Frida Kahlo, Luciano Pavarotti, David Bowie, Guillermo del Toro, el Papa Francisco y José Clemente Orozco.
“Creo que siempre ha sido la obsesión por mejorar mi trabajo, la obsesión por el detalle. La historia de un personaje es lo primero que busco; por ejemplo, los ancianos son muy representativos: cada arruga debe estar representada, pero con un sentido de su historia”, explica.
Pero la notoriedad mundial llegó con Bihar (Mañana en euskera), una escultura de 120 kilos y 2,5 metros de profundidad, que representa el rostro de una niña que surge de las aguas de la ría de Bilbao, España, según suba o baje. marea.
La pieza fue realizada por un encargo de la Fundación BBK y busca concienciar sobre el efecto de las acciones humanas en la naturaleza.
«Se pensó que estaría allí dos o tres meses, pero el Ayuntamiento de Bilbao decidió dejarlo un año». Tras sufrir daños, Orozco acaba de enviar una réplica, cuyo futuro aún está por definir.
MAÍZ
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