En las grandes ciudades, cada vez son más los taxistas que nos preguntan al final del trayecto si pagaremos “con el móvil” o con tarjeta de crédito. Si pagamos en efectivo pueden surgir problemas, si lo hacemos con una entrada de mayor valor que el coste de la carrera.
Estos problemas son más frecuentes cuando pagamos la compra en una tienda o en una gran superficie. En la eurozona, el 79% de los pagos se realizaron en efectivo (año 2016). En seis años, los pagos en efectivo se han reducido al 59%. Es una media de Francia, Alemania, Italia, Bélgica y Holanda, pero la media española no se queda atrás.
El Banco Central Europeo (BCE) quiere introducir el euro digital en veinte países. Pero son prudentes, porque si todo el mundo cobra y paga en euros digitales (es decir, en monedas inmateriales) los bancos podrían perder gran parte de sus depósitos y eso crearía una inestabilidad financiera no deseada. Todo el mundo quiere pagar con dinero inmediato cuando realiza sus compras y, de esta forma, nació la Iniciativa Europea de Pagos (EPI) en los cinco países mencionados.
¿Cómo se atreven los países del EPI a enfrentarse al BCE, uno de los bancos centrales con más reservas del mundo (pero menos que el dólar)? Hace unos días, el BCE publicó un texto definitivo: Reglamento para establecer el euro digital. Todos los comerciantes estarían obligados a recibir euros digitales por sus ventas, y los bancos deberían ofrecer aplicaciones móviles a sus clientes.
Pero la cuestión no es tan sencilla y por eso el BCE quiere limitar los riesgos para los bancos y la cantidad de euros digitales que puede tener cada usuario (posiblemente 3.000 euros). Si se trata de pagos a países fuera de la zona euro, los usuarios tendrán que recurrir a un banco para facilitar la operación, añadiendo dinero bancario, posiblemente de una tarjeta de crédito americana.
Método de pago
Para el BCE, el euro digital nos defenderá de las criptomonedas o dinero digital emitido por países fuera de la zona euro
Pero el dinero del BCE no puede perder su capacidad de pago, porque es la moneda auténtica y además tiene un seguro de 100.000 euros por cuenta bancaria de cada usuario. Por prudencia, el euro digital no circulará antes del año 2027. Para el BCE, el euro digital nos defenderá de las criptomonedas o dinero digital emitido por países que no pertenecen a la zona euro. Para algunos pueden darse situaciones de canibalismo entre el euro digital del BCE y el gestionado por la asociación (EPI). Quienes pertenecen a este parecen andar sobre ascuas y quisieran lanzarse al mercado el próximo año. El negocio bancario no está para pruebas de refrescos. Nos jugamos algún día tener una inflación razonable (alrededor del 2% en el mediano plazo), creación de empleo y una economía más equitativa.
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