A un año del inicio de las hostilidades en Ucrania, todo parece indicar que este conflicto no se resolverá prontamente, ya que los hechos ocurridos esta semana dejan muy claro que los bandos enfrentados no están dispuestos a ceder ni un ápice en sus posiciones, ambiciones y … No sé si llamar convicciones a tan atroz deseo de seguir matando gente.
En un primer acto, Joe Biden realiza una visita sorpresa a Ucrania para refrendar su apoyo al país eslavo y de paso enviar una indirecta -bastante directa- a Rusia de que Estados Unidos no dejará en paz a la nación de Zelensky.
En el segundo acto, ni lento ni perezoso, Putin responde a la afrenta de Occidente anunciando su retirada del acuerdo que tenía con EEUU para el control de las armas nucleares y en sendos mensajes a su nación, cargados de discursos nacionalistas, ultraconservadores y plagado de prejuicios, afirmó que Rusia nunca será derrotada en el campo de batalla.
La guerra de declaraciones de ambos bandos y la cobertura mediática no han escatimado en exagerar los vicios y virtudes del contrario. Mientras tanto, es inminente el recrudecimiento de la guerra mientras se establece la vuelta a la normalidad de algunas ciudades ucranianas y el proceso de reconstrucción.
Hay varias cosas que me llaman la atención y me preocupan de este nuevo giro del conflicto en Europa del Este.
Por un lado, está claro que por ahora queda descartada cualquier negociación por vía diplomática o pacífica, o al menos esa es la narrativa que difunden ambos bloques. Por otro lado, la suspensión del acuerdo de control de armas nucleares, que si bien Estados Unidos cumple a medias o convenientemente, Rusia hace saltar las alarmas y más con las declaraciones incendiarias de Putin, que, si bien podrían interpretarse como simples fanfarronadas, Es cierto que tampoco podemos subestimarlos. Muchos dudaron que pudiera invadir Ucrania y bueno, ya sabemos lo que pasó.
Además del despliegue de la narrativa rusa que reivindica con orgullo sus valores y grandeza, tenemos a Europa haciendo lo propio y a su principal aliado, Estados Unidos, asegurando que defenderá “cada centímetro del territorio de la OTAN”.
Aquí no hay lugar para la vacilación. El conflicto en Ucrania parece que va a durar un tiempo y lo único que podemos esperar es un poco de prudencia, si cabe, dado todo lo que estamos viviendo, por parte de quienes tienen el poder de decidir cuándo acaba esta guerra.
Una semana lamentable para Ucrania y para el mundo, porque más allá de las epopeyas que inventa cada bloque, en medio de todo el caos está la vida y el destino de millones de personas, no solo en Ucrania, sino en el resto del mundo. . Como dije, una semana miserable.
Mientras tanto, en el otro polo del mundo, el gigante asiático observa con atención, midiendo su juego y calculando minuciosamente su nuevo papel en la geopolítica global de nuestro tiempo.
Javier García Bejos
Colaborador
@JGARCIABEJOS
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