La marcha de la lealtad es una efeméride del orgullo militar que recuerda el viaje que Presidente Madero, desde Chapultepec a Palacio Nacional, durante el inicio de la rebelión para derrocar por lpor la fuerza al presidente y que culminaría con la decena trágica.
Ese hecho quedó escrito en la historia del país, de la misma manera que quedará la marcha del 27 de noviembre, que considero el evento del año.
Fue un momento representativo, porque nos dejó el legado teórico del movimiento 4T que encabeza el presidente López Obrador, que es el humanismo mexicano, cuyo fin último es que el Estado genere las condiciones para que las personas vivan felices y sin miseria. Y también, porque nos recuerda lo importante que es no perder terreno y caminar con la gente.
La marcha representó todo un acontecimiento en cuanto a participantes. Cómo olvidar la figura del Secretario de Gobernación, Adán Augusto Lópezquien fue visto como ese gigante protector, no solo por su altura, sino por lo que ha representado para el movimiento, por haber protegido AMLO y el jefe de gobierno, Claudia Sheinbaum.
Durante la marcha estuve al lado del Secretario de Gobernación, y la marea humana que intentó saludar al Presidente hizo que terminara apoyando al personal de la ayudantía para hacer un cerco humano. A mi lado estaba Juan Carlos Monedero
apoyando, fue increíble ver lo politizada que está la gente.
Fue gratificante haber visto a varios compañeros gobernadores caminar junto al pueblo, recordando de dónde venía la transformación en sus entidades. Como olvidar a Epigmenio Ibarra, casi al borde del desmayo, documentando lo que representa este movimiento.
No se debe olvidar la participación de Andrea Chávez, con la frescura de una diputada que desde su escaño representa a los jóvenes que están con el movimiento y que representa la revelación generacional que nombró el propio Presidente. También el caso de Abraham Mendieta, quienes han logrado un cambio en el artículo 33 de la Constitución en el próximo turno.
La marcha también contó con la participación del entonces Gobernador de Puebla, Miguel Barbosa, que la muerte lo esperaba en unos días y que estaba entusiasmado en su silla de ruedas. De hecho, un gran pasaje lo recordó el presidente López Obrador, quien señaló que fue él quien lo impulsó a realizar la marcha del 27 de noviembre.
Me falta espacio para nombrar a todos los amigos que asistieron. Este fue el evento más representativo de 2022, por tres razones fundamentales; primero, tuvo como resultado la Legado teórico del movimiento presidencial, humanismo mexicano; segundo, hubo un par de momentos en que el vehículo presidencial se acercó para llevar al presidente a Palacio Nacional y prefirió seguir caminando, y tercero; Me llenó de orgullo que el Presidente nos enseñó que no debíamos rendirnos, había que seguir al lado del pueblo. Tanto la marcha de la lealtad como la del 27 de noviembre son hechos que marcaron un antes y un después en la historia del país.
POR ARTURO ÁVILA ANAYA
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MAÍZ
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