El mundo de los datos, cifras y estadísticas, que sirven para identificar y medir el estado situacional de las actividades que impactan la vida en sociedad, son de suma importancia para acercarse a la realidad de los diferentes fenómenos sociales.
Los métodos y procedimientos que se utilizan para concentrar y analizar el contexto son esenciales para tomar decisiones informadas.
basado en información confiable. Por ejemplo, para definir y medir la pobreza en nuestro país se utilizan al menos nueve indicadores que Consejo Nacional para la evaluación de la política de desarrollo social, considera necesario orientar de manera más efectiva las políticas públicas relacionadas con la lucha contra la pobreza, las cuales son impulsadas por los diferentes gobiernos:
el ingreso per capita
Retraso educativo
Acceso a los servicios de salud
Acceso a la seguridad social
Calidad de la vivienda y espacios
Servicios básicos de vivienda
acceso a alimentos
y grado de cohesión social.
Los indicadores de referencia describen los principales elementos de desarrollo que muestran estadísticamente la calidad de vida de los habitantes de cada lugar.
El resultado del censo realizado para obtener esta información revela, con un alto grado de certeza, el rezago de cada uno de los indicadores, así como el número de población afectada. Con esta información, las autoridades pueden orientar objetivamente las estrategias necesarias para llevar a cabo una distribución inteligente de los recursos públicos para reducir los problemas de rezago social que se presentan.
En este sentido el CONEVAL calcula que para el año que pasa, 2022, la cantidad de pobres que tendremos en México será de unos 58.5 millones, equivalente a seis millones más, de los que había al inicio de esta administración. La pobreza multidimensional aumentó, al igual que la pobreza extrema, que aumentó a 11 millones de personas.
Por otro lado, cabe mencionar que, según el propio CONEVAL, en junio de 2022 la línea de pobreza extrema por ingresos, establece que, para la adquisición de la canasta básica, se requiere un mínimo de 2 mil pesos en localidades urbanas y en la rural ascendió a 1.544 pesos.
Estos datos revelan que cualquier gasto en alimentación por debajo de estas cifras advierte que se corre el riesgo de pasar de pobre en pobre.
categoría de pobreza extrema. No puedo dejar de mencionar que el poder adquisitivo del ingreso laboral real per cápita promedio del segundo trimestre de 2022 presentó un incremento de 1.1% con respecto al primer trimestre de 2022, al pasar de $2,850.00 a $2,881.00 pesos mensuales en números cerrados, que es decir, que tuvo un incremento de $30.66 pesos.
Es importante señalar que este ingreso laboral es ligeramente superior en 800.00 pesos, el mínimo indispensable, para adquirir la canasta básica, que dicho sea de paso, ha subido casi 64% este año.
Si a esto se suma que el Instituto Nacional de Estadística y Geografía Informó que el mes pasado la inflación en el país cerró en 7.99% anual, se puede notar, el nivel de pobreza y austeridad con el que vive la mayoría de los trabajadores en nuestro país. Sin duda, México necesita implementar programas sólidos de política pública que fomenten las capacidades de las personas para salir de la pobreza y mejorar su calidad de vida con dignidad.
Desarrollar programas institucionales de proyectos productivos que estimulen y apoyen el talento y la iniciativa de las personas, para lograr la autosuficiencia individual y comunitaria. Lograr un mundo más justo y con menos desigualdad requiere, más allá de políticas asistenciales, programas productivos para que las personas de menores ingresos desplieguen sus capacidades para generar alternativas que los animen a desarrollar una vida mejor para ellos y sus familias y no solo resignarse. , a esperar el apoyo asistencial del gobierno, que si bien es cierto los apoyo, también es un hecho, que los condena a vivir en dependencia
indefinidamente, tanto para ellos como para sus hijos.
POR FERNANDO ALBERTO GARCÍA
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