El 4 de abril es una fecha que ellos nunca olvidaran los vecinos occidentales del Gran Buenos Aires. El violento e inusual tornado que sufrieron en 2012, además de provocar diez muertos, destruyó edificios y otro pulmón verde en la región, entre ellos el de Ituzaingó, un pequeño municipio que siempre se ha caracterizado por el verde, y que durante la noche perdió 8.000 especímenes de sus árboles públicos. Fueron necesarios 4 años para recuperar lo perdido.
Hoy, tras la puesta en marcha de un programa que se ha mantenido a lo largo de los años y con la colaboración de los vecinos, en el municipio aseguran haber triunfado más que duplicar el número de árboles talados durante la violenta e inusual tormenta. Hay 18.000 ejemplares que se han plantado en los últimos 9 años. Además, también se ha añadido la reforestación en viviendas particulares.
Fue un largo camino que siguió el paso fugaz pero devastador del tornado. Con la idea de recuperar el pulmón verde, la Comuna lanzó el programa «Ituzaingó está plantado» , y con vecinos y colectivos especializados en la zona, como agrónomos , debatió y estableció qué árboles públicos deben reconstruirse en el municipio.
De esa iniciativa, Desde ese fatídico 2012, se han plantado 2.000 árboles cada año. . Según un registro oficial, los más perdidos fueron los de la familia del Pinos , que cayó de la manera más violenta, con todas las raíces y hasta el pan de la tierra .
“Priorizamos la recuperación de la bosque nativo , árboles típicos de la región y fundamentales porque aportan la biodiversidad que nos caracteriza en el municipio ”, explica Débora Guerra, directora de Políticas Ambientales del municipio.
Otra forma de incrementar los espacios verdes fue creación de la guardería municipal, donde la producción se dirige principalmente a árboles nativos y las producciones se entregan a los pobladores de la zona.
La otra forma de sostener los árboles era sistema de reemplazo, implementado a partir de la compra de copias por parte de empresas y particulares que, por motivos de construcción u otros, eliminan una existente y se ven obligados a plantar otros en su lugar.
Los árboles bloquearon las calles durante días, bloqueando el acceso, y llegaron expertos de Bariloche para ayudar a removerlos. Foto: Leandro Monachesi / Archivo
Caída de árboles – causada por ráfagas de hasta 200 kilómetros por hora– Implicó no solo la pérdida parcial del verde de Ituzaingó, sino también la destrucción de viviendas. Muchos ejemplares cayeron sobre tejados, muros y calles, imposibilitando su paso durante días.
«Parecía que había tenido lugar una guerra» , Beatriz, vecina de Castelar , en la fiesta adyacente de Montículo , por Clarín el día después de la tormenta.
En el 20 lugares de fiesta era Daño grave , entre ellos los dos más importantes de Ituzaingó, al norte y sur de la estación. Perdieron la mayor cantidad de árboles y los principales por reforestar.
«Desde el tornado, los vecinos participaron al 100% con los árboles, por eso nos ayudan a respetar las sustituciones. Por cada árbol removido, se plantan 7 en su lugar y si es un ejemplar muy viejo, se pueden llegará a 50 nuevos «aseguró Guerra.
“Fue gracias al trabajo del municipio, junto a equipos que llegaron de Bariloche , que los accesos y calles se liberaron rápidamente ”, recuerda el funcionario.
Muchos ejemplares destruyeron casas al caer: sufrieron daños en todos los barrios de Ituzaingó. Foto: Mario Quinteros / Archivo
Lo que más llamó la atención de las autoridades durante las investigaciones de daños fue que no todas las áreas se vieron afectadas al mismo nivel. En los lugares donde había más árboles, curiosamente el nivel de destrucción fue menor y en barrios como Villa Las Naciones, donde había menos, el daño fue más severo.
Un mobiliario municipal de Ituzaingó entregando árboles a los vecinos.
El desastre golpeó prácticamente al otro lado del oeste y la conmoción fue generalizada. Nadie podía creer como terminaron los clubes de sus barrios y algunos Edificios públicos. En el caso de Ituzaingó, el nuevo municipio, que estaba casi terminado, nunca se abrió ese año porque los vientos soplaron por el techo y destruyeron el 90% del tercer y último piso. Deberían haberlos rehecho.
A pesar de esto, que en medio de la desgracia fue al menos un aliciente, hubo pérdidas que impactó a toda la comunidad de la misma manera, como daños a las escuelas de la zona. Más de 50 sufrieron la destrucción de techos y aulas.
Qué más, El 80% de las casas de fiestas estaban sin luz ni agua. Por varios días. En un espíritu de solidaridad, muchos vecinos se ayudaron entre sí con galones y velas para que nadie se perdiera lo básico.
El techo del microestado de Morón se derrumbó durante la tormenta.
Moreno sufrió grandes explosiones y lo peor: hubo cinco muertos. Fue el distrito con más víctimas mortales. Morón fue otra de las fiestas exitosas. La tormenta causó destrucción de 15.000 hogares, 75% del territorio del distrito.
Allí, dos vecinos fallecieron como consecuencia del temporal, la misma cantidad que en el extenso La Matanza. En Ituzaingó, una persona perdió la vida.
En Ituzaingó, la detonación de la cubierta y el último piso del nuevo Ayuntamiento, luego en la última parte de la obra, pospuso su inauguración durante varios meses.
Debido a la dirección que tomó el tornado, sus árboles característicos y su pequeño tamaño, este último distrito fue quizás el lugar donde más se extendieron las consecuencias del temporal. Y la impactante pérdida de árboles fue una marca que se ha quedado en su historia. Y eso movilizó y todavía moviliza a la gente hoy.
Nueve años después, con el compromiso de los vecinos, al menos logró dejar atrás las consecuencias que el insólito tornado tuvo en el paisaje tradicional del municipio donde, por ejemplo, los viejos eucaliptos de la Avenida Martín Fierro, en Parque Leloir, o hay árboles en todas las aceras en la zona más céntrica de la ciudad.
Noticia de Argentina