Mi solidaridad con Ciro Gómez Leyva. ¡No estás solo!
Tristes palabras para describir lo que hemos visto en las últimas semanas cuando se discute en el Congreso la Reforma Electoral. Una reforma que no debió ser, un capricho que no debió llevarse a cabo.
Los argumentos esgrimidos por los impulsores de la reforma fueron fundamentalmente dos: el alto costo de las elecciones en México y la falta de confianza en las autoridades electorales. Ambos fueron debatidos y derrotados con números, argumentos y ejemplos, por la sociedad, funcionarios del INE y partidos de oposición.
Pero esto no fue cuestión de argumentos ni de sentido común, sino de caprichos, odios y venganzas, de agandalle. La última etapa de esta historia tuvo varios capítulos, en los que salieron a la luz las disputas internas del grupo en el poder, las rebajas para asegurar la vida artificial, el cobro de facturas.
El reclamo de la sociedad, #ElIneNoSeToca, llegó a la tribuna del Congreso a través de legisladores opositores, quienes entendieron el mensaje y comparten la convicción de que los cambios para mejorar los procesos electorales deben hacerse con el consenso de todas las fuerzas políticas, en tiempos alejados de los conflictos, con diálogo y transparencia.
Lo que estancó la aprobación del llamado ‘plan B’ fue el ‘tira y afloja’ entre Morena y sus aliados, y la imposición de la voluntad presidencial en clara injerencia en el trámite parlamentario. Las cosas no salieron según lo planeado; el resultado para los que están en el poder es agridulce.
Por otra parte, se han encendido las luces rojas en la estructura del INE, y del Servicio Profesional Electoral, integrado por funcionarios llegados por concurso, que cuentan con experiencia en el desarrollo de procesos electorales y que no son considerados en la estructura propuesta. en el ‘plan B’. La fiabilidad de las elecciones descansa en gran medida en el trabajo de estos profesionales.
La elaboración y emisión de la credencial de elector con fotografía, el manejo de los datos personales de todos los ciudadanos mexicanos, la existencia misma del Registro Nacional de Electores también está en riesgo en la legislación propuesta y en camino a ser aprobada en febrero próximo.
De todo lo que se ha escrito sobre este asunto en los últimos días, parece que todo está dicho. Pero aún así, no hay forma de encontrar una respuesta sensata y lógica a preguntas como: ¿qué impacto tendrán estas medidas en la efectividad de los procesos?, ¿cuánta experiencia práctica se perderá?, ¿en qué medida se enviará desempleo a ¿Personal calificado? ¿Quién realizará el trabajo de los funcionarios de los que se prescindirá?
De lo que se supone que se salvará, ¿cuánto se gastará para reemplazar lo que se destruirá?
Y a pesar de todo, y sobre todo, vivamos el Adviento, tiempo de espera, de esperanza, porque llega la Paz, porque llega el Amor. ¡Una muy feliz Navidad!
POR CECILIA ROMERO CASTILLO
COLABORADOR
@CECILIAROMEROC
MBL
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