El viernes, el presidente Andrés Manuel López Obrador, en Oaxaca, se mostró orgulloso del modelo de propiedad local: “mira la importancia de la tierra en Oaxaca, es donde hay más propiedad social en todo México y por eso también hay más cultura; pero aquí en Oaxaca se conservaron las tierras de los pueblos”.
Desde 2020, AMLO afirmó: “el 85 por ciento del territorio es comunal, el 10 por ciento es ejidal y el 5 por ciento es pequeña propiedad”. Para el Presidente, la propiedad comunal es ideal y la aspiración del país a transitar hacia el Estado, si bien no es omnipresente en el 100 por ciento de la economía, sí es multipresente y tiene predominio en sectores estratégicos.
A la izquierda de AMLO y a muchos de Morena se les hace agua la boca imaginando que la propiedad privada se limita sólo a que algunas personas puedan ser dueñas de una tienda de abarrotes, una panadería, un taller mecánico o una fábrica de computadoras. Pero más allá de eso empiezan a tener urticaria cuando se dice que la propiedad privada debe prevalecer en las minas, el transporte público, la telefonía, la generación de energía, la educación, los servicios de salud, etc. Esta izquierda quiere un país soviético.
¿Cuánto sovietismo hay en México? Parece necesario que alguna universidad empiece a medirlo.
Esta condición está aumentando gradualmente. Una proporción cada vez mayor de la población considera atractivo que el gobierno sea propietario de líneas aéreas o trenes de pasajeros; fabricar vacunas e incluso operar hoteles. Esto hay que detenerlo, pero para lograrlo primero hay que medirlo.
Es imprescindible crear un Índice de Sovietismo Nacional. Si no lo hacemos, corremos el riesgo de que dentro de unos años la izquierda quiera declarar parques industriales de interés nacional; a los bancos como servicio público; o a las plantaciones de maíz de Sinaloa como inherentes a nuestra soberanía. Y con millones de personas convencidas de ello, será muy fácil expropiar carreteras, estaciones de televisión o minas concesionadas. Cuidadoso.
La izquierda está engañando poco a poco a millones en el país, mientras los empresarios han sido neutralizados en su capacidad de influir en la agenda pública defendiendo la propiedad privada. Y, lamentablemente, los candidatos a las elecciones presidenciales no establecen una posición inequívoca al respecto. Ojo.
FINSA
El director general de la promotora de parques industriales Finsa, Sergio Argüelles, presentó el primer Índice de Desarrollo Industrial (IDI), para medir “el potencial industrial de cada entidad federativa, identificando fortalezas, oportunidades y debilidades, ante las demandas del mercado”. Guerrero, Quintana Roo y Colima son los tres estados peor clasificados. Los mejores fueron Nuevo León, Chihuahua y Coahuila. La idea es ver quién ganará en el nearshoring.
POR: CARLOS MOTA
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CAMARADA
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