Antes de detenerme por completo en la literatura, Xavier Velasco (Ciudad de México, 1964) sintió que estaba haciendo trampa.
“Hice otro tipo de trabajos y cada vez que los hacía sentía que me traicionaba a mí mismo, básicamente era publicidad, guiones, otras cosas, pero me sentía muy mal”, recuerda. Antes del inicio del milenio ya había escrito una novela (“Cecilia”, 1993), varios ensayos y muchos artículos periodísticos, pero seguía pensando que algo no andaba bien.
“Yo decía: ‘Yo no doy ni el 15 por ciento de mi alma y de mi persona a esto, y cuando escribo doy el 100. ¡Guau! Dar 100 de alguna manera tiene que ser mejor que dar 15.’ Es esa sensación de decir ‘Estoy perdiendo el tiempo, me estoy vendiendo muy poco’. Es porque no tienes confianza, porque al final, ya sea para escribir o lo que sea que vayas a hacer, tienes que confiar en ti mismo. Si no confías, no sirve de nada”, añade en una entrevista con paulina greenham para la sección Perfiles, desde Grupo Heraldo Media.
Este año, Velasco cumple dos décadas desde la publicación de su célebre “Diablo guardián”novela que fue galardonada el mismo año de su publicación con el Premio Alfaguara y el trabajo que lo convenció de que para dedicarse a escribir tenía que dejarlo todo.
“Lo escribí, pero no lo escribí consistentemente, llegué a la página 60 tres veces. Y mandé todo al carajo, luego volví a empezar, pero me di cuenta que no podía hacerlo así. Sé que hay señores que tienen dos familias, yo no podría. No puedo tener un trabajo escribiendo y un trabajo en publicidad, no puedo. Me di cuenta de que tenía que dejarlo todo y dedicarme a una sola cosa.
Autor también de crónicas y cuentos, Velasco considera el acto de escribir como ese amor cándido que aparece en sus novelas.
“Es algo que hay que tomarse muy en serio. Diría que hay que tomarlo como un adolescente toma el primer amor: con este tipo de entusiasmo y pensando todo el día y toda la noche en ello. Es la primera prioridad de tu vida. Hay gente que dice: ‘es que no puedo escribir, es que no me doy tiempo’. Es que ese es el punto, te lo tienes que tomar tan en serio que te des el tiempo, no hay otra manera, no es de a poco, es como el amor, el amor no es de a poco”.
Enamorados de la música, las motos y la adrenalina, el autor comenzó a escribir desde niño, casi como un vicio secreto, y antes de tomarse la pluma en serio procuró estudiar Ciencias Políticas y Letras; ya de adolescente escribía aquí y allá artículos y columnas, algunos con el título de «Deshoras y penumbras» (1995 – 2000), «Epistolario» (2000 – 2004), «El equilibrista errante» (2000 – 2003) y «Previsión climax» (2004, desde 2004).
Ocupado con la descontrolada vida adolescente, los trabajos que le daban para vivir pero no para dedicarse a escribir, Velasco llevaba 15 años tratando de “Guardian Devil”. Un día las cosas cambiaron y decidió pedir un préstamo. «Cuando recibo el primer cheque, siento que ahora, además de un escritor frustrado, voy a ser un estafador consumado, voy a quedarme con este dinero, ¿y qué hago?».
“Tenía un libro, “Luna llena de rocas”, que salió en el 2000, para el 2003 ese libro había vendido 800 copias. Debía el equivalente a unos 27.000 dólares, ¿cuántas copias tenía que vender? Según mis cuentas, tuve que vender 30.000 libros. Bueno, dije: ‘Voy a pagar de mis regalías’. Me la jugaba, o sea, tiene que haber un momento de tu vida en el que digas: ‘Estoy jugando y voy con todo, por todo, si fallo, al menos lo intento’. Pero no me voy a envejecer diciéndoles a mis nietos: ‘Mira, yo quería escribir, pero no pude porque no tenía…’, no, no, no. Me la voy a jugar toda, totalmente, si pierdo por completo, pues a ver qué hago”, dice.
El dinero se lo había prestado Federico Patiño, un amigo de la familia que «creía» en él. “No podía traicionarlo, como dicen, no podía defraudar a las personas que confían en mí. Cuando alguien confía en mí, cuando alguien apuesta por mí, automáticamente me convierto en una persona muy responsable y muy aplicada”.
CONSTANZA, SOBRE TODO
Xavier Velasco sabe bien que, ante todo, el escritor debe ser perseverante.
“Recuerdo que cuando estaba trabajando en otras cosas, decía: ‘no se puede, vienen y me dicen: oye, ayúdame con este trabajo’. Y siento como si me estuvieran diciendo: ‘ayúdame a empujar mi carro’. Vale, empujamos su coche, arranca, me hace señas para que me vaya, y se marcha, y yo me quedo allí esperando mi camión. Yo digo: ‘¿cómo es posible? ¿Por qué no empujo mi propio coche? ¿Por qué no le doy más seriedad a eso que se me ocurrió? Siempre nos vemos menos de lo que somos porque nos da miedo, nos falta un poco de argentinismo”, piensa.
Pero escribir es más que eso: “¿Quieres escribir? Bueno, es muy fácil. Hazlo a diario durante 30 años y verás que mejoras. Hay que tener esa idea de decir: ‘No sé cuándo voy a mejorar, pero voy a seguir haciéndolo y haciéndolo’. Cuando me dicen: oye, ¿pero esto es lo que debo hacer? Mira, aquí hay un solo verbo: persistir, persistir, solo persistir, lo que te digan, pase lo que pase, persiste. Si te dicen que eres un inútil, no les hagas caso. Es creerlo, creerlo y quererlo, y estar dispuesto a no hacer nada más que eso. A jugarlo por eso”.
Desde su éxito editorial, Velasco ha escrito otras seis novelas: «Ésta que ves», «Todo lo puedo explicar», «La edad de la punzada», «Los años de las alimañas», «Entrega insana» y «El último en morir». «. Ahora, está trabajando en una novela policíaca y una serie de televisión que escribe con su esposa.
“Básicamente tengo dos triunfos en mi vida, que son los que me permiten vivir como vivo: uno es “Diablo Guardian” y el otro se llama Adriana Mojica, que es mi esposa. Haberla conocido y haber llegado a mi vida, y yo a la de ella, para mí es el logro de todo lo que siempre quise, todo lo demás está bien, pero esos dos elementos son lo que siempre quise en todo momento”.
HA DICHO
“Tienes que creer todos los días, tienes que entender que eso (escribir) es lo único que sabes hacer y eso es lo que vas a hacer y no hay más. Para mí, la locura es confiar en uno mismo.» – XAVIER VELASCO
DETALLAR
- Xavier Velasco nació en la Ciudad de México el 7 de noviembre de 1964.
- Desde niño se interesó por la escritura, lo cual hizo de manera oculta.
- Siendo muy joven comenzó a publicar sus primeros artículos en diferentes publicaciones.
- En 2003 escribió «El diablo guardián», que ganó el Premio Alfaguara ese mismo año.
- La novela, que ha sido adaptada para la televisión, lo lanzó a la fama.
- Vive en el sur de la ciudad con su esposa y cuatro perros himalayos gigantes.
- Ahora escribe una novela policiaca, un género en el que nunca había experimentado
- También está trabajando en una serie de televisión, que escribe junto con su esposa Adriana.
MAÍZ
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