Ante el terrible suceso de Acapulco, q.Eso dejó una herida abierta para todos los mexicanos, las vacaciones decembrinas hubo que pasarlas en otros lugares hermosos de la República; Con mi familia decidí pasar unos días en Mérida, y francamente nos sorprendió la hospitalidad, la infraestructura, las antiguas y hermosas casonas de la Paseo Montejo. Méridauna ciudad blanca, brilla como un remanso de paz familiar y armonía colectiva.
En estas tierras del faisán y el venado, de la gran civilización maya, surgen maravillosas pirámides, tanto en Uxmal como en Chichén Itzá el pueblo mágico de Itzamal Tiene un color amarillo brillante, con el que se vistió para recibir el Papa Juan Pablo II y el atrio de su iglesia es maravilloso y su comida inigualable. Las carreteras son anchas, están bien trazadas y casi ninguna cobra peaje.
Este panorama produce gran envidia, para quienes nos toca sufrir -día tras día- la inseguridad y el rostro siniestro del crimen organizado, que nos amenaza en gran parte del territorio nacional.
Los candidatos presidenciales tienen que estudiar el porqué de esta calma que permite a los ciudadanos caminar a cualquier hora del día, o de la noche, por bulevares, pueblos o carreteras, sin sentir la opresión que aterroriza a gran parte de los mexicanos.
El tren maya Es una oferta turística de primer nivel, aunque aún no está consolidada su infraestructura, los trenes no están listos ni se respetan los horarios. Sin embargo, existe una gran esperanza de que, en poco tiempo, este trabajo suponga un fantástico impulso para el Sudeste, aunque tuvo un coste superior al previsto.
Viajar a estas tierras es una alegría y un encanto y, sobre todo, nos hace renovar la esperanza de que es posible, y de que el Estado debe cumplir su función fundamental de proteger a sus ciudadanos, como lo he repetido en innumerables ocasiones.
El tema central de estas líneas no es sólo la promoción de este hermoso Estado con su cultura, música, arquitectura, arqueología, gastronomía -que son insuperables-, sino enfatizar la posibilidad de tener una ciudad, con una rápida respuesta de las autoridades. policía y con atención adecuada, de quienes tienen la obligación de preservar la paz pública; lo cual se logra con participación colectiva, con armonía y con la plena convicción de que tenemos un destino que cumplir, y que sólo será posible si olvidamos los rencores, pero sobre todo, si nos unimos en la lucha por rescatar nuestras libertades y nuestros territorio.
Feliz Año Nuevo 2024, desde Mérida, a todos nuestros lectores.
POR ALFREDO RÍOS CAMARENA
PROFESOR DE LA FACULTAD DE DERECHO DE LA UNAM
PRESIDENTE DEL FRENTE UNIVERSITARIO LATINOAMERICANO (1958-1962)
VICEPRESIDENTE DE LA SOCIEDAD MEXICANA DE GEOGRAFÍA Y ESTADÍSTICA
MAAZ
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