Del infierno al cielo. De estar a punto de “tirar la toalla”, estuvo más de un año de baja por la peor de las lesiones, a ser una de las mejores porteras del planeta. Tras superar una rotura del ligamento cruzado de la rodilla izquierda, tras 13 meses de calvario, Cata Coll reapareció en marzo de 2023 ante el Valencia, en el minuto 75. Desde entonces, el mallorquín vive un sueño. Un año mágico. Un cuento de hadas que aún no tiene fin. Nadie discute que mañana será titular en el clásico liguero contra el Real Madrid en el Alfredo di Stéfano (18.00 horas), donde el Barça puede dar el empujón definitivo en la lucha por el título. «Es un año muy importante en mi vida y quiero tenerlo en mi piel», explicó ayer la balear, en el medio día de los blaugrana en el Johan Cruyff, sobre el tatuaje con el número ‘2023’, aún fresco, que luce en su brazo derecho.
«La lesión fue necesaria para madurar. Hoy soy la persona que soy por lo que pasé»
Para algunos jugadores, las lesiones pasan factura, tanto física como mentalmente, cuando vuelven a jugar. El miedo a recaer se convierte en un grillete que les impide mostrar su mejor versión. Todo lo contrario que la de Marratxí. “La lesión fue necesaria para madurar, para aprender, para saber lo que se pierde y valorar las cosas. Hoy soy la persona que soy por lo que pasé”, indicó a la vanguardia el talentoso portero. Durante su recuperación incorporó a su rutina a un nutricionista y un psicólogo, además de realizar dobles sesiones de trabajo. Pero el proceso no estuvo libre de “miedos”, de perder la confianza. “Lo que me pasó después de la lesión fue una inyección de confianza y energía. Que ella volvía a ser la misma, incluso mejor. “Estaba lista para hacer algo grande”, dijo sobre un verano que nunca olvidará.
«El Mundial me dio confianza y luego en el Barça me dieron la oportunidad»
Al final de la pasada temporada, Coll, de 22 años, estaba con sus amigas en Málaga de vacaciones cuando una llamada le cambió la vida radicalmente. Estaba, contra todo pronóstico, en la lista de España para el Mundial a pesar de haber jugado sólo tres partidos con el Barça después de que se le curó la rodilla. El resto es historia. Es campeona del mundo y titular desde las eliminatorias, incluida la final, en detrimento de Misa. “El Mundial me dio la confianza para volver a mi nivel y luego en el Barça me dieron la oportunidad. «De eso se trata, de aprovechar las oportunidades», reconoció Coll, que ya había sido campeón del mundo sub-17 con España en 2016 y elegido Guante de Oro del torneo. Este año, en el que también ha sido campeona de la Nations League, estuvo nominada al The Best a la mejor portera, premio que ganó Mary Earps.
Tras estar cedido en el Sevilla para la temporada 2019-20, el español regresó al Barça para sustituir a Sandra Paños. Hasta esta temporada ha sido titular en los partidos importantes, incluidos los dos ante el Madrid y el del pasado jueves ante el Brann, su primera eliminatoria de Champions. “Él es un referente para mí. Espero ser un espejo para los que vengan”, afirmó sobre su sana competencia con la alicantina, que dejará el Barça el 30 de junio. “Cata ha mejorado mucho en todos los aspectos. El Erasmus en Sevilla fue muy bien. Tiene capacidad de trabajo, predisposición… tiene talento. La portería está bien tapada”, elogió el técnico blaugrana Jonatan Giráldez a su pupila antes del duelo contra el Madrid. “Si ganamos estamos a 12 puntos y estaremos más cerca de ganar la Liga. Estamos centrados en ganar los cuatro títulos”, concluyó Cata Coll, presente y futuro portero de un Barça histórico.